CRÍTICA DE CINE
'Work it: Al ritmo de los sueños': lecciones ya bien aprendidas
Sabrina Carpenter protagoniza una formulaica 'dance movie' sobre inadaptados que sorprenden con sus coreografías
Juan Manuel Freire
Periodista
Periodista y crítico cultural.
Juan Manuel Freire
Solo unas semanas después de 'Sigue el ritmo', llega otro intento de Netflix de arrancar su propia franquicia de 'dance movies', nuevamente con actriz Disney al frente. Sabrina Carpenter encarna a Quinn Ackerman, estudiante de instituto que aspira a entrar en la misma universidad donde estudió su difunto padre. Para tratar de conseguirlo, se ve medio obligada a hacerse pasar por componente de The Thunderbirds, el triunfador equipo de baile hip hop de su instituto, aunque en realidad solo se encarga de iluminar sus coreografías.
Como el arrogante líder del equipo, un estupendo Keiynan Lonsdale, no queda desarmado por el potencial de Quinn, nuestra heroína decide montar su propio equipo con su mejor amiga Jas (el fenómeno de YouTube Liza Koshy) y un puñado de diamantes en bruto, bastante en bruto, que incluye a una seguidora de Nietzsche (Bianca Asilo), un artista de la 'mixtape' (Nathaniel Scarlette) o un tipo bastante clavado a Conan O'Brien (Tyler Hutchings).
'Work It: Al ritmo de los sueños' es una película profundamente perezosa, a pesar de tanto baile, y sus responsables llegan a reconocerlo. Cuando Quinn trata de reclutar al escéptico Jake (Jordan Fisher) como coreógrafo, le explica: "Según mi investigación de todas las pelis de baile que se han hecho, tenemos algo muy importante para ganar: un espíritu de 'yo puedo'". Él le contesta: "Así no es como funciona el baile". A lo que ella no le contesta, pero debería: "Pero sí como funcionan las películas de baile y deportivas".
Es posible sacar cine de provecho a partir de fórmulas, pero en este caso la adhesión a los tópicos de la superación-de-perdedores roza el cinismo. 'Work it: Al ritmo de los sueños' solo levanta el vuelo durante las secuencias de baile, en las que una evidente modestia de presupuesto se compensa con los movimientos expertos ideados por Aakomon Jones, coreógrafo del imperio 'Dando la nota'. La selección de canciones, además, es de notable: doble ración de Dua Lipa o un gran medio tiempo de Hannah Georgas para el raro momento contemplativo.
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