LO QUE NO SABÍAS DE...

Las anécdotas del rodaje de la comedia 'Amor en polvo' según sus directores

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Eduardo de Vicente

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Esta semana llega a las pantallas una comedia española, Amor en polvo, que supone el debut de los cortometrajistas valencianos Suso Imbernón y Juanjo Moscardó Rius. Este título con doble sentido ya permite intuir por dónde van los tiros. Trata de una pareja formada por Pablo (Enrique Arce, el odiado personaje del Director de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de La casa de papel) y Blanca (Lorena López), la sorpresa del reparto, vista en series como Ella es tu padre y Señoras del (h)AMPA. Llevan viviendo juntos varios años y la monotonía se ha apoderado de su relación por lo que buscan algo diferente y deciden apuntarse a un intercambio de parejas. Para ello recurrirán a dos amigos: Mia (Macarena Gómez) y Lucas (Luis Miguel Seguí), ambos en La que se avecina, que aparece a última hora en un repentino cambio de planes.

Todo parece claro y no hay problema, pero a última hora empiezan a aparecer las dudas y los organizadores no acaban de acudir a la cita, lo que aprovechan sus previsibles amantes para conocerse más. La situación se va complicando, aparecen los celos y los secretos ocultos hasta crearse un monumental enredo que nadie sabe cómo acabará. Es un filme que transcurre casi íntegramente en dos decorados: el apartamento de la pareja y el bar donde han quedado (con un camarero que hace de robaescenas). Los dos directores han vuelto a reunirse para recordar para EL PERIÓDICO DE CATALUNYA algunas de las anécdotas surgidas durante el rodaje de su opera prima.

-Un prólogo demasiado sexual. “La primera secuencia de la película es una secuencia muy larga de Pablo y Blanca haciendo el amor mientras comentan la posibilidad de probar el intercambio de parejas. El sexo está muy presente en la peli pero, temáticamente, no suele ser explícito. Como siempre decimos, es una película con mucho sexo oral… porque se habla mucho de sexo. Así que teníamos dudas de cómo rodar esa secuencia porque si enseñábamos mucho íbamos a crear una falsa expectación, pero a la vez queríamos que fuera muy natural. Rodamos una primera versión de la secuencia y al verla montada nos miramos y pensamos los dos: “Joder, es muy porno” jajajaja. La suerte es que pudimos rodar la secuencia de nuevo y optamos por no mostrar tanto y centrarnos más en las caras de los personajes. De repente, vimos claro que así sí que era la comedia que queríamos y no la nueva película de Larry Clark (director de filmes con sexo explícito como Bully o Ken Park)".

-Un bunker love “Nos costó mucho encontrar dónde rodar el piso de Pablo y Blanca. Se suponía que era un loft de 40 metros cuadrados y la pareja discutía por haberse comprado algo carísimo en el centro pero poco útil para vivir. De repente, encontramos un loft genial, pero era un sótano sin ventanas, muy grande y con una muralla árabe de verdad en mitad del piso. Nada que ver con la idea original, pero se nos ocurrió adaptar los problemas de la pareja a este bunker love de mierda sin ventanas. Que además nos facilitó muchísimo el rodaje y cuadraba perfectamente con el personaje de Pablo que era arqueólogo. ¿Coincidencia? No creo”.

-El director que soñaba ser actor. “Como buen actor frustrado, Suso quería salir en la película como fuera. Así que se reservó un cameo histórico. Interpreta al PUTO ANTONIO. El papel más difícil de su vida…  solo diré que se monta un trío con Lorena López y Enrique Arce en un jacuzzi (es el intercambio de parejas que se muestra en fotos durante los títulos de crédito finales).”

-Un casting “Hicimos muchos castings para encontrar al personaje de Mia. Era el único personaje en el que teníamos puntos de vista encontrados. Luis Miguel Seguí nos propuso trabajar con Macarena Gómez pero a ella, como actriz consagrada, no le podíamos pedir una prueba. La verdad es que buscábamos una excusa porque queríamos ver si había química entre los dos. Luismi estaba en Los Ángeles y Macarena en Girona, así que les propusimos hacer una secuencia por Skype. En cuanto la vimos actuar nos hicimos señales por debajo de la mesa porque, por fin, habíamos visto a Mía. Fue flechazo a primera vista. Macarena le daba al personaje la originalidad y magia que buscábamos y, además, la química entre ellos era increíble. God bless you, Maca!

-Una actriz restauradora. “La actriz que hace de vecina que ronda los 60 pero que disfruta como una loca con el sexo anal, no sé por qué, pero nos costó un poco de encontrar a nivel de casting... Varias actrices rechazaron el papel y el rodaje iba a empezar. Por suerte, alguien del equipo se fijó en la gran Marisa, la genial dueña del restaurante al que íbamos a comer durante la preproducción. Se lo propusimos y se animó a hacer la prueba. Al principio, como actriz primeriza, le costó un poco fingir el tremendo orgasmo que requería el papel, así que pidió que el microfonista se diera la vuelta porque le daba vergüenza porque era muy guapo. Y la verdad es que, al final, la bordó y sale en la peli. Eso sí, la coña con el microfonista que le ponía, duró todo el rodaje. Os recomendamos que no paséis por Valencia sin disfrutar de una buena comida en la taberna de Marisa”.

-Intercambio… de personajes. “Es curioso que Enrique Arce y Luis Miguel Seguí los pensamos en principio para los papeles opuestos. A Luismi se le conocía mucho por su personaje en Aquí no hay quien viva, muy tímido, y Enrique Arce suele hacer de macho alfa. En las pruebas de vestuario le pusimos a Enrique gafas y le cambiamos el peinado y, de repente, se transformó. Era nuestro Pablo, un auténtico loser. Enrique nos confesó que, en realidad, de pequeño era muy nerd Y Luismi nos sorprendió como galán/fucker… ¡es que está jodidamente bueno! Puro magnetismo animal. Así que acabaron intercambiando los papeles”.