CRÍTICA DE CINE

'Ofrenda a la tormenta': Baztán, volumen 3

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Ofrenda a la tormenta'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Ofrenda a la tormenta'. / periodico

Beatriz Martínez

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El cine español ya tiene su propio ‘Millennium’. La traslación a la pantalla de la trilogía del Baztán ha sido un proyecto mucho más ambicioso de lo que pudiera parecer a simple vista, también mucho más gozoso de lo que uno podría imaginar, quizás porque no ha habido ínfulas pretenciosas a la hora de orquestarlo, sino que su responsable, Fernando González Molina, se ha dejado llevar por el torrente narrativo al borde del delirio que proponía en sus novelas Dolores Redondo y ha optado por el serial criminal lleno de vueltas de tuerca chifladas, de peripecias insospechadas y de hilos conductores morbosos. 

Si ‘El guardián invisible’ se encargó de configurar todo un universo a medio camino entre el folclore y el 'thriller' procedimental y una atmósfera de humedades y bosques oscuros, en ‘Legado en los huesos’ comenzó a desatarse la locura. Los acontecimientos se sucedían a un ritmo desbocado, algo que también ocurre en ‘Ofrenda a la tormenta’, cuyo despliegue tanto argumental como técnico, no tiene precio. 

Puede que la psicotronía que respira esta trilogía no sea intencionada, pero el 'trash de luxe' lo lleva inyectado en su ADN con mucha dignidad. Marta Etura vuelve a situarse en el corazón de la historia. Su Amaia es toda fragilidad y dureza y su lucha por desentrañar esta madeja de fanatismo y supersticiones acerca al espectador a esta peripecia en la que los contornos entre la realidad y el espejismo siniestro y demente se funden y se confunden.