LOS PROBLEMAS DEL SECTOR CULTURAL

Los cines Méliès de Barcelona cierran hundidos por la crisis del covid

Tras 24 años exhibiendo cine clásico y de autor, la pandemia acelera el cierre de la emblemática sala barcelonesa

Cierran los cines Melies

Cierran los cines Melies / periodico

Quim Casas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La crisis del covid-19 se ha cobrado otra víctima en términos cinematográficos. Los barceloneses Cinemes Méliès, situados en el número 103 de la calle Villarroel, cierran tras 24 años de actividad casi ininterrumpida. El virus, el confinamiento, el estado de alarma, la desescalada y la sensación de incertidumbre total en el sector han acelerado el cierre de una de las pocas salas que proyectaba clásicos y hacía una labor de pedagogía para que el gusto por el cine del pasado no se perdiera. Inauguraron el 20 de diciembre de 1996 con 'El gran carnaval', la demoledora película de Billy Wilder sobre el arribismo de la prensa estadounidense. Tras la apertura de algunas salas en Barcelona hace dos semanas, los Méliès, nombre distinguido, nombre del pionero del cinematógrafo, han decidido concluir su aventura.

El situación generada por el virus ha sido el último detonante. "Hace dos o tres años que estábamos en una situación económica muy difícil. Además se sumaron problemas de inundaciones, reparaciones en la cabina... Pero lo que ha pasado con el coronavirus es demasiado fuerte", nos explica Carles Balagué, propietario de los cines, distribuidor, director ('Adela', 'La casita blanca', 'La bomba del Liceu') y presidente de la revista 'Dirigido por'. "Nadie sabe ahora mismo qué exigirá la administración, los refuerzos de gente en la sala para la limpieza, las restricciones de aforo hasta la mitad. Llevábamos tiempo dándole vueltas y la situación provocada por el covid-19 ha acelerado la decisión".

"Ahora mismo nadie puede afrontar la compra del cine clásico", lamenta Balagué

Tras dos décadas y media programando películas de Eric Rohmer y Jim Jarmusch, de Nicholas Ray y Wong Kar-wai, de Billy Wilder y François Truffaut, de Alfred Hitchcock y Lars von Trier, clásicos inmortales y clásicos modernos, la decisión ha sido tan drástica como dura de asumir. "El cierre es definitivo", subraya Balagué, "y ya hemos empezado a desmontar las dos salas". Los trámites para vender los proyectores se han activado.

Otros aspectos han influido en el cierre. "Una de las cosas que más ha influido es la situación de la propiedad, que ha sido un nido de problemas. Cada dos por tres teníamos que hacer reparaciones en la finca". En verano del 2011 hubo <strong>un incendio en el cine </strong>que obligó al cierre durante seis meses. Contra viento y marea.

Balagué no se ha dado de baja como distribuidor de cine. Desde que abrió las dos salas de los Méliès ha comprado, solo o en colaboración, más de 200 títulos. Hace ocho años compró y exhibió el ciclo de las 'Comedias y Proverbios' de Rohmer. Según Balagué, "ahora mismo nadie puede afrontar la compra del cine clásico. Además ha cambiado el sistema, apenas hay copias en 35 mm, algo que se cargó la inversión que muchos habíamos hecho en proyectores de este sistema. Nadie sabe cómo continuará todo esto". Es la realidad. No todas las salas de cine han abierto en Barcelona. Están los Renoir y los Verdi, pero son como pequeñas cadenas. Por el contrario, "un independiente con dos salas pequeñas como yo afronta una realidad completamente distinta", certifica Balagué.