CRÓNICA

Pablo López, con sabor concentrado en Fes Pedralbes

El músico malagueño abrió el festival con un hiperexpresivo recital en solitario con citas a su próximo álbum, precedido por el pase de la emergente Meritxell Neddermann

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Jordi Bianciotto

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Pablo López tenía unas “ganas exageradas y desesperadas de volver a tocar”, y su concierto en la apertura de Fes Pedralbes fue todo corazón y poderío pulmonar, y embestidas a las teclas del sufrido piano de cola. Recital de distancias cortas, receptivo también al suspiro y al susurro, en un espacio remodelado, con el escenario surgiendo de las aguas del estanque oval y el Palau Reial como fondo.

Disposición elegante y bien resuelta, a juego con unos jardines de Pedralbes en los que brotaron rincones con sofás y puntos de gastronomía, como los que envuelven el escenario más recogido del festival, el del ‘village’. Ahí, ante un centenar de asistentes sentados y otro de carácter más pasavolante, todos con mascarillas y sujetos a las medidas sanitarias vigentes, desplegó Meritxell Neddermann las canciones de su debut, ‘In the backyard of the castle’, con su despierto diálogo entre el clasicismo pianístico, la electrónica y un r’n’b ralentizado. Piezas sustanciosas, como ‘Ready’, con voz rapeada, o la sensual ‘Jo no vull’, y una adaptación de ‘Father father’, de Laura Mvula.

Arranque a pelo

El acomodo del público, 800 personas, en el reconfigurado escenario principal retrasó 20 minutos la actuación de Pablo López, eventualidad ante la que Martín Perez, director del festival, se disculpó al tiempo que subrayó la “enorme ilusión” ante este nuevo proyecto, que este verano genera, indicó, más de 700 puestos de trabajo. Muchas ganas de romper el silencio, en Fes Pedralbes, también por parte de un Pablo López que arrancó cantando a pelo, como si no hubiera un mañana, un fragmento de ‘Mama no’.

Ya sentado al piano, y deseando que “la música siga siendo luchadora”, el malagueño se entregó a su océano de arpegios y rimas insondables, con un par de estrenos de su próximo disco (la torrencial ‘Tempo’ y otra llamada ‘Colapso’, de silencios y claroscuros), y paradas en ‘Mi gato’, ‘Hijos del verbo amar’, ‘El patio’... Pablo López, con sabor concentrado para dejarnos claro con quién estamos tratando.