CRÍTICA

Barroco de lujo, y catalán

Núria Rial, Xavier Sabata y Vespres d'Arnadí, consiguen un gran éxito en el Palau

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Pablo Meléndez-Haddad

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Con el programa 'Io t'abbraccio', con arias, dúos y piezas instrumentales de Georg Friedrich Händel, principalmente de sus óperas, continuó el ciclo Estiu al Palau, esta vez en coproducción con el Festival Grec 2020. Con las entradas prácticamente agotadas del aforo limitado al que tiene que ceñirse el auditorio modernista debido a las medidas de seguridad sanitarias vigentes, un grupo de excelentes intérpretes catalanes consiguió una 'standing ovation' por la excelencia artística demostrada. El barroco, está claro, ya se ha asentado como un repertorio de seguidores fieles.

La música arrancó con la Obertura de 'Ptolomeo, re d'Egitto' a cargo de esa veintena de virtuosos que conforman el conjunto Vespres d'Arnadí, muy bien llevados por un atento y concentrado Dani Espasa, que además hizo de maestro de ceremonias y que fue explicando las obras y su contexto, sin privarse de brindar a sus admiradores sus simpáticos –y contagiosos– bailoteos desde el clave.

El contratenor Xavier Sabata y la soprano Núria Rial emocionaron al público ya desde su primera intervención en el dúo 'Ricordati, mio ben', de la hoy tan poco representada 'Flavio, re de Longobardi' en el que ambos mostraron compenetración y especiales dotes para el repertorio, con técnica, sentido del fraseo y expresividad. Sabata atacó la florida 'Va tacito e nascosto' de 'Giulio Cesare in Egitto', a dúo con la trompa de Pepe Reche, con la reexposición del 'da capo' debidamente ornamentado; de la misma ópera, Núria Rial expuso todo su talento en el aria de Cleopatra 'Piangerò la sorte mia', realizando una verdadera creación, contrastada y matizada hasta el último detalle y consiguiendo la primera ovación de la noche.

De 'Rodelina' a 'Lothair'

El 'Concerto Grosso HWV 318 en Do mayor', incluido en la oda 'Alexander’s feast', sirvió de perfecto interludio musical antes del dúo 'Tu del ciel ministro eletto', del oratorio 'Il trionfo del tempo e del disinganno', aria defendida con una línea prodigiosa por la soprano. En contraste, la lujuriosa estética del 'Vivi, tiranno', de 'Rodelinda', llegó impresa en oro en la voz de un Sabata que sabe llevarse a su terreno un pieza de extrema dificultad. Después de tres hermosas danzas de 'Agrippina' siguió el recitativo y aria 'Otton, Otton...Voi que udite il mio lamento', de la misma ópera, con un Sabata que sacó a relucir lo mejor de su control del 'fiato' y de esa expresividad que hace grandes a sus personajes antes de que 'Scherza in mar la Navicella', de la hoy desconocida ópera 'Lothair', fuera elevada a obra maestra por una portentosa Núria Rial.

Para finalizar se interpretó el popular dúo que daba nombre al programa, 'Io t'abbraccio', de 'Rodelinda, regina de' Longobardi', que Dani Espasa dedicó a las víctimas de la pandemia que se marcharon sin gozar de la compañía de sus familiares. Como propina, ya con el público en pie, se ofreció un dúo de 'Rinaldo', ópera que los mismos intérpretes interpretaron en el Festival Castell de Peralada en 2018, y un segundo regalo, precisamente de la obra que ponía nombre al programa que Rial, Sabata, Espasa y el conjunto catalán debieron cancelar en marzo, siempre en el Palau, y a causa de la pandemia: de 'Amarilli vezzosa, HWV 82, Il duello amoroso', se ofreció el electrizante 'arioso' "Sì, sì, lasciami, ingrata" dejando muy claro el nivel de excelencia que han alcanzado estos intérpretes catalanes en el ámbito del barroco situándose entre los mejores del continente.