CRÍTICA DE LIBROS

'El rey que fue y será': en busca de un mundo mejor

Se publican por primera vez en un solo volumen los cinco libros que componen 'El rey que fue y será' de T. H. White

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Elena Hevia

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T.H. White (Bombay, India,  1906 -El Pireo, Grecia, 1964) no ha tenido el reconocimiento general de su contemporáneo Tolkien y eso que su maravillosa saga, 'El rey que fue y será', tiene todo el derecho a medirse con 'El señor de los anillos' de igual a igual, con una diferencia esencial a favor de White, la mirada contemporánea, cargada de pasión y de ironía, sin renunciar por ello a la fantasía y los prodigios, para mostrar el mito épico. Algo no muy distinto a lo que Neil Gaiman, un devoto del autor, hizo en 'Stardust'. 

Ambos, Tolkien y White, dos británicos coloniales, comparten el saber profesoral. White estudió en Cambridge y su intención fue traducir a una sensibilidad moderna el mito artúrico fijado por Thomas Mallory, algo que también hizo bellamente el norteamericano  John Steinbeck, con algo menos de sentido del humor.  Así, el ascenso y caída del Camelot del rey Arturo está relatado a lo largo de cinco libros, que por primera vez se reúnen en un volumen gracias a Ático de los Libros. El primero, 'La espada en la roca', narra el proceso de cómo un niño común y corriente, 'Verruga', se convierte en el rey más poderoso y justo del lugar.  El libro publicado en 1939 fue considerado pronto un clásico de la literatura juvenil, de hecho,  lo conocemos más de lo que creemos pues sirvió de base a la película de animación 'Merlín, el encantador', que infantilizó la historia a través del  tamiz colorista de la Disney.  

El resto de las novelas (que se convirtieron en el musical 'Camelot') sigue el proceso de crecimiento de un rey, que aprende a serlo, gracias a Merlín, y construye un lugar marcado por una utopía  igualitaria  -en una mesa redonda no existe cabecero ni primacías- en busca de un mundo mejor.

El gran tema es el paso del tiempo y de cómo los ideales acaban desgastados y perdidos.  Pero sobre todo es una melancólica reflexión sobre el poder corruptor de la violencia bélica, no en vano el autor escribió los tres libros centrales en Irlanda durante la segunda guerra mundial, donde se refugió al declararse objetor de conciencia. Su última entrega, 'El libro de Merlín', que solo publicó a título póstumo, es un conmovedor cierre para una saga que nos reconcilia con el placer de la lectura.