SERIE DE CULTO

'Dark', el día del apocalipsis ha llegado

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Juan Manuel Freire

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'Dark', primera serie original en alemán de Netflix, llegó a nuestras pantallas en diciembre del 2017, casi sin avisar, para coronarse rápidamente como una favorita entre diversas clases de público. Este sábado se estrena la esperada tercera temporada de este fenómeno televisivo. 

Para los fanáticos de la ciencia ficción, esta creación de Baran bo Odar y Jantje Friese, dirigida por el primero, ofrecía todos los atractivos del mundo, como una cueva tragapersonas, cachivaches propios del inventor Rambaldi de 'Alias' o esa clase de paradojas que pueden quitar el sueño. En esta serie, uno puede ser hijo adolescente de un niño, o hija de su propia hija. Casi nada.

Para quienes buscaban, en fin, personajes y relaciones en los que reconocerse o no, 'Dark' también podía ser una fuente de escalofríos. Con su colección de amores difíciles, infidelidades en serie o relaciones familiares disfuncionales, todo ello filmado a menudo entre tinieblas, esto era básicamente un drama de prestigio, solo que con agujeros de gusano por medio.

Las líneas básicas

Para quien no haya probado todavía la serie y quiera saber en qué jardín se mete, aquí va el planteamiento en líneas bastante generales. 'Dark' gira en torno a cuatro familias: los Kahnwald, los Nielsen, los Doppler y los Tiedemann, vecinos de la pequeña localidad de Winden, trastocada por un ciclo de pérdida, catástrofe y duelo que se repite cada 33 años.

La historia arranca (bueno, según se mire) el 21 de junio del 2019, a punto de iniciarse el tercero de esos ciclos. Michael Kahnwald (Sebastian Rudolph) se quita la vida. Cuando su hijo, Jonas (Louis Hoffman), regresa del hospital psiquiátrico donde ha tratado de recuperarse del trauma de perder así a su padre, descubre que el drama continúa en Winden. Ha desaparecido un chaval de 15 años, Erik Obendorf.

Dos semanas después, durante una excursión nocturna de Jonas con sus amigos, desaparece también Mikkel Nielsen (Daan Lennard Liebrenz), hijo del oficial de policía Ulrich (Oliver Masucci), quien sospecha que estas desapariciones podrían estar ligadas a la de su hermano Mads en 1986. Y sospecha bien.

El control del tiempo

Lo que se definió en un principio (ya fuera por la marca Netflix, ya fuera por el uso de linternas) como una respuesta germánica a 'Stranger things' resultó ser algo completamente distinto: una odisea del espacio y el tiempo, adulta, oscura y truculenta, en la que el joven (o maduro) Jonas se convertía en viajero a través de las épocas para salvar a la humanidad. Más en concreto, a su amada Martha (Lisa Vicari), aunque lo suyo sea complicado; técnicamente son sobrino y tía. Batallas amorosas aparte, aquí se dirimía nada menos que una guerra épica entre diversas facciones por hacerse con el control del tiempo. ¿Sienten ya estallar la cabeza?

Al final de la segunda temporada, algunos personajes se libraban del apocalipsis del 27 de junio del 2020, o al menos lo intentaban. (Si no han visto la serie, quizá sea mejor que dejen de leer aquí y ahora). Jonas no lograba salvar a Martha, no al menos a 'su Martha'. Otra versión de la joven aparecía ante sus ojos, no desde otra época, sino desde otro mundo. 'Dark' trascendía el viaje temporal para abrirse a los mundos paralelos. ¿Cuántas páginas debe tener la biblia de esta serie? ¿Llegará algún día a nuestras manos, con misteriosa triqueta en la portada?

El esperado final

La tercera temporada llega este sábado, día 27 de junio del 2020, cuando, según los científicos de la ficción, "el mundo se podría haber detenido durante una fracción de nanosegundo, lo que pudo provocar la divergencia de las fuerzas de marea". Algunos de nuestros héroes se han salvado de los tsunamis, los fenómenos meteorológicos y las perturbaciones en los sistemas eléctricos a nivel global. (Si prefiere llegar sin saber nada a esta entrega, quizá sea mejor que se guarde los párrafos siguientes para otro momento).

Hay formas y formas de salvarse, y al pobre Jonas le toca una bastante extraña: aparecer el 4 de noviembre del 2019 en otra versión de Winden, una en la que Ulrich y Katharina (Jördis Triebel) se han separado; el primero se ha casado con Hannah (excelente Maja Schöne), a la que ha dejado embarazada; la chica muda de la historia ya no es la joven Elisabeth Doppler (Carlotta von Falkenhayn), sino su hermana mayor Franziska (Gina Stiebitz), y Mikkel no ha viajado al pasado, por lo que Jonas no ha nacido. Lo que no evita que este mundo esté "condenado al mismo destino fatal", según las palabras de una agorera anciana Martha.  

Deshacer el nudo

Ni siquiera cambiando su propio destino podría Jonas cambiar el destino del mundo. ¿Podrá ser Martha, probablemente, quien haga ese trabajo sucio, imposible e infinito? Episodio a episodio, los creadores de 'Dark' han ido escribiendo un ensayo romántico pero deprimente sobre el eternalismo, corriente filosófica según la cual el futuro ya existe y todos los puntos en el tiempo están conectados. No diremos aquí si revisan su tesis en el clímax final.

Durante esta temporada, como ya pasaba en la segunda, que incluyó algún útil resumen a cargo del investigador Clausen (Sylvester Groth), es fácil sentirse tan perdido como los más viajeros héroes de la serie. Pero, a pesar de todo, es inevitable querer seguir mirando. Todo por tratar de llegar a comprender. Y también porque, a nivel puramente sensorial, 'Dark' es irresistible: una odisea del espacio (interior) con colores profundos y un sonido de poderes subliminales. Se echará de menos.