Álbumes recomendados

El universo de los libros ilustrados de Shaun Tan

Carol Álvarez

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Tac, tac, tac. Con ese sonido se expresa el protagonista de uno de los últimos libros ilustrados de Shaun Tan, una cigarra que se enfrenta a un mundo hostil, un personaje inadaptado como tantos otros que recoge el artista que ya ha publicado en 24 países y ha recibido prestigiosos premios, incluido un Oscar de Hollywood por su cortometraje animado ‘La cosa perdida’ en 2011. “Me lo dio Justin Timberlake y me sudaban las manos, de nervios”, explicaba Shaun Tan hace unos días en una entrevista ‘confinada’ que le realizaron en el Sydney Opera House dentro de los actos para promover la cultura durante las restricciones de la pandemia, una actividad en la que participaron ‘on line’ niños de distintas escuelas de toda Australia.

Ese "tac, tac, tac" que emite la cigarra es un sonido que no quiere decir nada, en concreto. “Es un símbolo, no sabes qué es, pero no todo tiene una respuesta, quería que transmitiera sobre todo una emoción”, señala Tan. Y lo logró.

En España es la editorial Barbara Fiore la que ha traducido su obra. La cosa perdida, El árbol rojo, Las reglas del verano, así como Cuentos de la periferia y su segunda parte, La ciudad latente;  la novela gráfica Emigrantes, los libros de ilustraciones El rey pájaro y otros esbozos y Esbozos de una tierra sin nombre y Los huesos cantores, donde anima 75 esculturas de personajes de cuentos infantiles narran su historia.

La feria del libro infantil y juvenil de Bolonia ya premió su trabajo en 2001, y su carrera incluye el prestigioso premio Astrid Lindgren. Sus álbumes ilustrados están repletos de personajes extravagantes, diferentes, porque de alguna manera quiere así dar voz a la gente que se siente diferente, que no tiene voz: desde los niños hasta las personas tímidas, los extranjeros o refugiados y los marginados. Su imaginación desbordante bebe de referentes de la ciencia-ficción, y recuerda cómo creció con la saga de Star Wars, pero logró que esa inspiración se convirtiera en otra cosa, su estilo marcado por finales peculiares. 

Su obra, en este sentido, hace la delicia de niños y no tan niños. En Cigarra expone las contradicciones de la sociedad industrializada y el rechazo al diferente, mientras en su última obra traducida, La ciudad latente, reúne una serie de relatos en los que la naturalización de la ciudad, con cocodrilos que viven en el ático de oficinas y recreaciones casi oníricas de la relación entre los animales y las personas.

Cigarra (2018)

Una cigarra que trabaja en una oficina en una ciudad gris lleva una vida rutinaria en la que apenas se relaciona con sus otros compañeros de trabajo

Las reglas del verano (2014)

Unos niños juegan en la ciudad desierta por las vacaciones de verano con unas reglas que ellos mismos han creado y que si rompen, traen extrañas consecuencias

El visor (2012)

Tristán es muy aficionado a los artefactos curiosos, y cuando descubre una caja que guarda una colección de visores y otros instrumentos ópticos se abre ante él un mundo distinto y extraño

Los conejos (2009)

Inspirada en un episodio de la colonización de Australia, la historia relata con un punto surrealista la llegada de los conejos a unas tierras en las que al principio son bien recibidos pero pronto son considerados como invasores

El árbol rojo (2005)

Una niña anda perdida y sola por una ciudad amenazadora y confusa hasta que encuentra la ilusión al final del camino

La cosa perdida (2005)

Un niño encuentra una máquina extraña que parece abandonada y se hace cargo, intentando darle su sentido, pese a que su alrededor a nadie le importa.