'Amor de gata': un 'anime' de alto nivel

En el nuevo largo de Studio Colorido se unen varias generaciones de nombres señeros del 'anime': por un lado, codirige el veterano Jun'ichi Satô (de las dos primeras temporadas de 'Sailor Moon', por ejemplo), y por otro, firma el guion Mari Okada ('El himno del corazón'), casi dos décadas más joven que Satô, pero tampoco mucho menos experimentada.

A este par de ases se suma, como codirector, el multitarea Tomotaka Shibayama, cuya labor como animador en 'El viaje de Chihiro' impregna claramente un proyecto que empieza como tímido shōjo (esas historias románticas destinadas, en teoría, a chicas, aunque a muchos chicos nos encanten) para desembocar en la más desatada fantasía.

En el principio, 'Amor de gata' es como un delicado romance interespecie: la dinámica Miyo descubre que tiene más posibilidades de acercarse al blando de Hinode y ronronear cerca de sus mejillas cuando cobra forma de gata gracias a una máscara mágica. Pero su constante ir y venir entre formas tiene un precio: podría acabar convertida en gata de verdad.

Sin entrar en detalles argumentales, diremos que lo que parecía siendo una miniatura sentimental acaba en aventura exuberante con paisaje cercano al Reino de los Espíritus. A lo largo de todo el viaje, Colorido se asienta como marca a seguir: personajes de diseño carismático, gracilidad en los movimientos, buena integración de la infografía… Nivel superclase.