REGRESO A CASA

El primer, y muy especial, ensayo de la OBC en el Auditori tras el confinamiento

Primer reencuentro entre los músicos de la Orquesta Sinfónica de Barcelona en su sede, primera prueba de la nueva normalidad musical

La orquesta de la OBC regresa al Auditori para ensayar

Los músicos de la OBC regresan al Auditori para ensayar tras el parón provocado por la crisis del Covid 19 / periodico

Marta Cervera

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La nueva normalidad se impone en el Auditori en el primer ensayo que los músicos de la OBC este lunes. Todos los intérpretes llegaron con tiempo suficiente, tenían ganas de reencontrarse para ensayar el primero de los seis conciertos que realizarán a partir de esta semana y hasta el 31 de julio. Aunque el público solo podrá seguirlos por Catalunya Música o TV-3, pues público en la sala no habrá hasta otoño, para ellos compartir la música es fundamental. "Las distancias son realmente grandes, falta algo de coordinación, pero hay que irse acostumbrando", dijo Dani Espasa, director del primer programa que inauguró la nueva normalidad en el Auditori ensayando la 'Sinfonía núm. 6' de Haydn. 

Imposible tener a todos los músicos de la OBC en escena con unas distancias de seguridad reglamentarias: dos metros de distancia entre los músicos. Solo había 26 músicos en el escenario, la mitad de la plantilla. En la fase 3 del desconfinamiento se podrá pasar a metro y medio. Aún así, esta distancia es demasiado insólita para los músicos, especialmente para las cuerdas. "Estamos acostumbrados a tocar en bloque. Esto es extraño", explicaban Antoni Peña y Josep Maria Plana, dos veteranos violinistas de la OBC. Pero a ellos, como al resto de los intérpretes, les podía la ilusión y las ganas de compartir música. La buena onda flotaba en el ambiente. Tras tres meses de trabajo individual en casa, este primer ensayo les sabía a gloria. Bastaba ver la concentración de todos y su cara de felicidad mientras tocaban.

"No sentimos muy solos tocando tan separados", reconocían. Aunque la música en digital les permitió ensayar y estrenar una nueva obra de Bernat Vivancos durante el confinamiento, para ellos volverse a reunir en su casa, el Auditori, marca el principio del fin de una época àciaga, especialmente para el sector de la música y las artes escénicas.

Hoy han inaugurado una nueva etapa. Esta vez, a diferencia de otros ensayos, cada músico disponía de su propio atril y silla etiquetados con su nombre  y sus propias partituras. No eran las originales sino fotocopias. Para evitar contagios cada músico debe ser responsable de su material durante la semana de ensayos. El lunes se les entrega todo y el viernes, día en el que grabarán el concierto, deben devolverlo.  Y, por si no llevan, también se les facilita una mascarilla. No es imprescibdible en el escenario pero sí en las zonas comunes de donde se han eliminado los bancos para sentarse para minimizar el contacto entre ellos.

Privilegiados

Aceptan cualquier medida poscovid-19, qué remedio. Como recordó Dani Espasa en el ensayo: son unos afortunados. "Me siento privilegiado. Pienso en todos mis compañeros músicos y artistas en situación precaria. Por eso es un privilegio estar aquí. Esperemos que la OBC anime a otras formaciones". En sus 17 años colaborando con la OBC es la primera que Espasa dirige la orquesta, sentado desde el clave. Este primer programa veraniego se complatará con la 'Sinfonía núm.16' del compositor barcelonés Carles Baguer y la 'Serenata núm.12' de Mozart.

"Es positivo volver a hacer música juntos. Aunque al principio resultara extraño poco a poco nos hemos ido acostumbrando a esta acústica. Cada vez irá a mejor. Lo bueno es que todos los músicos estaban muy receptivos", comentaba el director al acabar. El pronto podrá volver también a tocar con su formación barroca Vespres d'Arnadí. Y además, con público. El Palau de la Música recuperará el 8 de julio el concierto suspendido en marzo a raiz del covid-19. Interpretarán música de Händel con dos grandes voces locales, el contratenor Xavier Sabata y la soprano Núria Rial. "Es la única actuación de las ocho que teníamos previstas este verano que se mantiene. En formación de dúo sí tengo varias cosas. Ahora se lleva más el pequeño formato", reconocía Espasa.

Para Christine De Lacoste, viola de la OBC desde hace 30 años lo importante para los integrantes de la formación barcelonesa ha sido reencontrarse de nuevo. "Estoy muy feliz de haber vuelto al Auditori. Lo necesitaba", confesó al acabar el primer ensayo con la orquesta.  "Ya hemos vuelto al Auditori, ahora, sólo nos falta el público", recordó otro de sus compañeros, el violinista Walter Ebenberger. 

A las puertas del Auditori algunos músicos se quedaron hablando. No llevaban mascarilla ni había tanta distancia de seguridad entre ellos como en el escenario. Fuera de la sala, esa estampa podía parecer de otra época, esa en la que el término normalidad no necesitaba ir acompañado de adjetivo alguno.

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