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La Sala Fénix dedica los viernes a ofrecer espectáculos interactivos en directo

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Eduardo de Vicente

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Si hay un sector que tiene unas ganas enormes de volver al trabajo es el teatral. Y es que, más allá de los lógicos motivos económicos, el principal alimento del artista es el contacto con el público, escuchar sus risas y llantos y sus aplausos, comprobar cómo aquel montaje que han estado ensayando durante meses llega a los espectadores y les emociona de una u otra manera. Ya no aguantan más y, por eso, mientras se preparan para la ansiada reapertura, están buscando nuevas maneras de comunicarse. Una de ellas la acaba de lanzar la pequeña Sala Fènix de la calle Riereta, a través de la plataforma Scenikus Streaming.

Tres obras interactivas para comunicarse con los actores

La iniciativa consiste en la creación de un nuevo formato para ofrecer tres obras en directo, son divertidos monólogos pero no es el típico humorista frente a un micrófono, son piezas con escenografía y múltiples elementos. También hay que advertir que no se trata de darle al play y mirar, es un espectáculo interactivo en el que el espectador también puede participar. La responsable del teatro, Isabella Pintani, nos explica los detalles. “No será la grabación de una función teatral. La persona que compre su entrada on line tendrá la sensación de vivir la experiencia de un espectador de teatro. La cámara se utilizará simulando la mirada del espectador. La grabación, de hecho, comenzará desde la calle, entrando por la puerta de la Sala Fènix, pasando por taquilla y acomodándose en la butaca de la primera fila. Allí el espectador disfrutará de una función para él solo. Los actores y actrices romperán la cuarta pared para tener una comunicación directa y hablar a cada espectador y espectadora”. ¿A que apetece?

Pero aún hay más: “Al final de la actuación habrá un momento de chat on line comentarios, etcétera. Todo esto en rigurosísimo directo, porque así tiene que ser el teatro. De momento no puede ser "aquí", pero, por lo menos puede ser "ahora". Es una experiencia piloto y están expectantes ante la respuesta del público, pero asegura que este proyecto no supone que no sigan trabajando en teatro convencional. “No se pretende sustituir el formato teatral en vivo, insustituible, sino buscar e investigar alternativas de contenidos que se puedan disfrutar desde casa en momentos especiales como este. Nos moveros por terrenos vírgenes, no sabemos bien cómo y si funcionará, pero seguro que habrá valido la pena intentarlo”. El precio es de solo 1,99 euros y todas las funciones se inician los viernes a las 21 horas.

Desmontando los cuentos románticos

La oferta se abre hoy con el montaje que se estaba representando antes de que se vieran obligados a cerrar las puertas, Mirta en esperacreado por la logroñesa Ángela Palacios, autora, directora y protagonista. A nivel visual parece querer recrear la Penélope de Serrat, una joven vestida de amarillo, con un bolsito (no de piel marrón sino lila), que está sentada en un banco. Es un espectáculo que combina el arte del clown

Su intención es la de desmontar, a través del humor, las historias románticas que nos han vendido desde niños en las películas. Es una parodia de esos cuentos de hadas en las que la mujer espera a su príncipe azul que vendrá para rescatarla y con el que pasará toda la vida siendo felices y comiendo perdices. Mirta sueña con ser actriz y ha quedado con un agente que quiere representarla, pero no sabe si será una cita de trabajo o romántica y, en la espera, nos explica historias sobre su profesión y sus relaciones.

Un notario que puede ser un asesino en serie

La siguiente cita, el viernes 19, descubriremos un espectáculo ya estrenado en catalán pero ahora en versión castellana, <strong><em>El asesino imprevisto</em></strong>, a partir del relato escrito por Francesc Marí, que ha sido dirigido por Montse Bonet e interpretado por Albert Requena. El protagonista es el señor X, un notario insípido y banal, un tipo bastante aburrido que lleva una vida monótona, nunca le pasa nada. Pero todo cambia cuando un día la policía le detiene porque es el principal sospechoso de una serie de misteriosas muertes que han tenido lugar en el centro de la ciudad.

¿Cómo es posible que crean que un ser insignificante como él ha sido capaz de esos crímenes? El hombre intentará defenderse pero todo parece indicar que un auténtico profesional ha querido cargarle los muertos ¿o no? ¿Habrá sido él el asesino y querrá engañarnos a todos? ¿Qué podría haberle pasado para hacer algo así? Cual si fuera una película de intriga deberemos seguir la trama con atención para descubrir la verdad.

Monólogo de la vagina

Para acabar, el viernes 26 conoceremos a Cándida, la protagonista de un montaje muy personal e íntimo de Anna Tamayo. Y sí, la palabra íntimo es la más acertada ya que trata de un tema tan privado como los hongos vaginales. La autora y actriz utiliza esta anécdota para denunciar la invisibilidad de la mujer, la falta de información sobe la salud sexual femenina, la banalización del abuso infantil o el poco tacto que tienen algunas profesionales sanitarios en este mundo regido por los hombres.

Frente a todo ello propone el empoderamiento, escuchar la voz de la experiencia sin salir de la propia familia y apela a la sororidad. Es una pieza feminista, claro, pero no es un discurso únicamente reivindicativo, es una confesión irreverente y liberadora en la que utiliza tanto el sarcasmo como la ternura. Y para ello utiliza todo tipo de recursos: las marionetas, elementos de clown y música, ya que está acompañada por el violinista polifacético Joange (pregrabado, debido a las circunstancias conocidas). Un montaje transgresor y sorprendente que pondrá el cierre a este experimento. ¿Tendrá continuidad? El público tendrá la última palabra pero puede ser una buena alternativa complementaria al teatro de toda la vida. Como Mirta, quedamos a la espera, de que tengan mucha suerte, que se la merecen.