ENTRE EL 21 Y EL 30

El Festival de Cine de Málaga se celebrará a finales de agosto y sin alfombra roja

Ambiente en una edición anterior del festival de Málaga

Ambiente en una edición anterior del festival de Málaga

Julia Camacho

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El Festival de Cine de Málaga ya tiene fecha de celebración tras su aplazamiento el pasado mes de marzo, nada más decretarse el estado de alarma por el coronavirus. Será entre el 21 y el 30 de agosto, y su formato estará más dirigido a la industria audiovisual y la exhibición, según ha acordado el consejo de administración del certamen, que alcanza este año su 23 edición. El festival busca aportar su granito de arena para ayudar al sector audiovisual, uno de los más afectados por la crisis, pero para no perder el contacto con el público, parte de las películas se proyectarán en pantallas al aire libre y repartidas por la ciudad andaluza.

Según han explicado desde la dirección del Festival, desde que se decidió aplazarlo no han dejado de trabajar en la elección de nuevas fechas y un nuevo modelo más adaptado a las circunstancias provocadas por la crisis sanitaria. La reciente cancelación de la Feria de Málaga, prevista para mediados de agosto, ha sido determinante para fijar el evento a partir del 21 de agosto, un poco antes de lo que se estimaba inicialmente.

Se mantienen las películas a competición

Así, según señaló el director del certamen, Juan Antonio Vigar, en la reunión telemática del consejo, se ha decidido esta ampliación de fechas para dar cabida a la programación del Festival en sus distintos espacios. El festival contará con el grueso de las películas que habían sido seleccionadas para marzo. Así, la película elegida para la inauguración será La boda de Rosa, de Icíar Bollaín, que concursa en la Sección oficial.

Sin encuentros lúdicos

Una de las principales novedades del certamen será la reprogramación de unos contenidos centrados prioritariamente en las secciones oficiales a competición, que se proyectarán en espacios cerrados a fin de controlar el aforo y garantizar las distancias de seguridad. Además, se anulan los encuentros colectivos y lúdicos, así como toda actividad susceptible de aglomeración de público. De hecho, la tradicional alfombra roja a las puertas del Teatro Cervantes se sustituye por un gran photocall para medios de comunicación.

Entre los elementos que han decantado la celebración este año, pese a su aplazamiento, destaca la necesidad de apoyo al sector audiovisual, “afectado como pocos por la crisis del coronavirus”. “Si antes el apoyo del Festival de Málaga era fundamental tanto en el ámbito nacional como en el internacional, ahora lo es mucho más”, señalan desde la dirección, asegurando que se mantendrán las ayudas de producción y se trasladará al formato online el espacio de Industria MAFIZ, la más complicada por cuanto incluye viajes internacionales.

Asimismo, desde el Festival se subraya su valor como elemento dinamizador de la economía y el impacto en la marca de la ciudad. Y por último, se pone en valor el elemento presencial frente a otros certámenes que han apostado por trasladarse íntegramente al mundo online. “El de Málaga es un festival de público y prensa y, aunque con algunas limitaciones este año en el primer aspecto, no queremos dejar de abonar esta identidad, asentada y valorada”, aclaran, “por ello es fundamental esta dimensión presencial, de encuentro con el sector y el público, de promoción de las películas en salas y de dinamización socioeconómica para el sector y la ciudad”.

Para no perder ese contacto con el público, el festival potenciará la emisión en directo de presentaciones en grandes pantallas situadas en espacios de referencia de la ciudad, que tendrán incluso una programación específica. También se proyectarán al aire libre parte de la programación, y se fomentará la comunicación online con público y prensa, eliminando folletos informativos y programas de mano.