'La corazonada': un policiaco sin pulsaciones

La primera película argentina con el sello Netflix es una precuela de ‘Perdida’, adaptación de la novela ‘Cornelia’ escrita por Florencia Etcheves que venía a ser un cruce entre ‘Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres’ y ‘El secreto de sus ojos’ en clave de producto televisivo.

La nueva propuesta, también dirigida por Alejandro Montiel, recupera el personaje de Manuela Pelari, alias Pipa (la mediática Luisiana Lopilato) en su etapa junior en la división de homicidios. Frente a ella se abrirán dos investigaciones paralelas, la más importante, descubrir si su jefe Francisco Juanez (Joaquín Furriel) es el responsable de un asesinato que sus compañeros policías intentan ocultar.

‘La corazonada’ (el protagonista tiene mucha intuición a la hora de resolver casos y, además… sufre una dolencia cardiaca), se mueve por los territorios del thriller más convencional y perezoso, aunque se agradece la ausencia de golpes de efecto rebuscados o pretenciosos. Se conforma con ser un producto sin demasiada entidad y que explota sus recursos narrativos y temáticos con una eficacia plana, entre ellos la corrupción enquistada en el sistema, mientras su trama trascurre de manera mecánica e insustancial.