EL LIBRO DE LA SEMANA

'Poeta chileno': bendita desilusión

El chileno Alejandro Zambra, acostumbrado a las distancias cortas, se atreve aquí con una novela (larga) de amor y desamor y sale victorioso

El escritor y poeta chileno Alejandro Zambra.

El escritor y poeta chileno Alejandro Zambra. / periodico

Ricardo Baixeras

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Alejandro Zambra (Santiago de Chile, 1973) ha escrito libros mínimos, condensados, una suerte de arte en miniatura como en 'Bonsai' (2006), 'La vida privada de los árboles' (2007) o 'Formas de volver a casa' (2011). Pero ahora Zambra se las tiene con una historia de largo aliento, mostrando la misma prosa ágil y directa que en aquellos libros y conectando este 'Poeta chileno' con aquel 'No leer' (2010) o 'Tema libre' (2019) que podrían entenderse como la contracara ensayística de esta novela trufada de escenas librescas y personajes poetas, pero no malditos. Poetas humanos, demasiado humanos. Y sí, siguen aquí los temas de Zambra: el dibujo certero de la clase media chilena, la literatura y las formas de (no) leer el mundo y la interrogación perenne sobre el rol de la masculinidad. Y muchas más cosas en esta novela a ratos divertidísima, de episodios con vocación claramente humorística, a ratos compleja y profunda, pero siempre narrada desde una cercanía más que saludable porque “conocemos la trama” y con la pretensión inequívoca de volver a decir que la vida y la literatura sí son intercambiables.

Un Zambra distinto pero muy reconocible, un Zambra que rompe la historia de amor entre Gonzalo y Carla en cuatro partes que narran su historia de amor y de desamor, la historia del hijo de ella, Vicente, convertido por derecho propio en el hijastro de él. Y de la relación de Vicente con Pru. Y de cómo León, el “verdadero” padre trata de recuperar a Carla. Y de la lectura que Vicente hace del único libro de poemas de su padrastro Gonzalo (y de cómo y por qué lo memoriza) y de cómo Oscuridad, el gato, une secretamente a Gonzalo, Carla y Vicente. Y de qué callada manera todo un país depende (o cree que depende) de sus poetas nacionales. El amor, el desamor, la paternidad, qué hacer con los hijos, qué hacer con los padres, qué hacer con la madre, qué con un país atiborrado de poetas, qué decir de Pablo Neruda, de Nicanor Parra, de Gonzalo Rojas, de Gabriela Mistral y porqué siempre aparecen Roberto Bolaño y sus detectives salvajes en los libros de Zambra.

Todo eso en esta novela disfrazada de historia de (des)amor con tintes de “yo ya te lo decía”, disfrazada de la decepción de las relaciones y de por qué convivir con la intimidad del otro es ya un triunfo. Un Zambra que ha diseñado de qué modo “el tiempo nos acorrala” y hasta dónde llega la desilusión y “el fracaso propio”.

Pero siempre la poesía en Zambra salvando a sus personajes del conflicto interior que los asola porque los poemas “demuestran que la poesía sí sirve para algo, que las palabras duelen, vibran, curan, consuelan, repercuten, permanecen”. Para decir, al fin, que 'Poeta chileno' viene para quedarse porque cuenta una historia que no quiere competir con los grandes relatos, sino con la vida minúscula, humilde que corre por las venas de un escritor altamente consciente de qué quiere hacer con la literatura. Y de cómo lo consigue.

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