Crítica de 'Island', de Owen Pallett: íntimo y catártico

Aunque el estado de las cosas nos empuja a ver, quizá exageradamente, pistas premonitorias en toda novedad artística que se nos pone a tiro, es fácil leer 'Islands', el nuevo disco de Owen Pallett, como una obra en línea con esta desconcertante era del covid-19. Álbum que desprende resonancias de reclusión y destierro individual, muy volcado hacia adentro, de reconciliación con lo orgánico, y un sereno espejo de nuestras angustias más extremas, que el cantante, multiinstrumentista y compositor canadiense ha publicado por sorpresa este viernes. Motivo de gozo para sus seguidores, que permanecían a la espera, sin un álbum suyo que llevarse a la boca, desde el elogiado 'In conflict' (2014), exuberante trofeo art-pop que dio justa continuidad al igualmente loable 'Heartland' (2010).

En estos años, Pallett ha seguido un proceso de cocción lenta para elaborar 'Islands', un trabajo que ya estaba definido allá por el 2017, y que representa un paso al frente hacia un territorio donde la noción de pop confluye con el 'ambient' y con recursos más propios de la música contemporánea. Obra muy poco festivalera para el que fuera grácil violinista de Arcade Fire (y colaborador de artistas como The Hidden Cameras, Charlotte Gainsbourg o Frank Ocean).

Un video inquietante

Si en aquellos álbumes de la pasada década, y en los que previamente firmó como Final Fantasy, Pallett cultivó un imaginario vivaz y colorista, 'Island' apunta al recogimiento y a un viaje mental más opaco y exigente. La electrónica, que había ido entrando en escena aportando brochazos hiperexpresivos, se retira a favor de los arpegios de guitarra clásica y de las cuerdas de la London Contemporary Orchestra. Y la tarjeta de visita, 'A bloody morning', desliza impulsos 'malrollistas': pieza en convulso 'crescendo', culminada con ostentosas masas corales, en cuyo video se insinúa una humanidad en estado 'shock' que somatiza la ansiedad a través de episodios de catarsis en soledad. 'Island' te conduce a un mundo de claroscuros en el que los monólogos a guitarra desprenden el halo mágico heredero de un Nick Drake (en 'Transformer' o 'The sound of the engines') y se cruzan con transiciones instrumentales crípticas y con canciones con un pie en el abismo: la amenaza latente que transmiten 'Paragon of order' o 'Lewis gets fucked into space', esta tocada por metales 'nymanianos', y el trayecto final de 'In darkness’, donde las cuerdas se funden con una siniestra pulsación de 'drone'. Música audaz, con puntos de referencia confesos en autores del siglo XX del calibre de Charles Ives y Gyorgy Ligeti, en una banda sonora propicia para estos tiempos extraños. Acogedora y alarmante, con un Pallett tan bucólico como de pesadilla, entendiendo que la vida debe ser aquello que circula entre ambos extremos. Jordi Bianciotto

Laura Jurd, joven trompetista y compositora británica, va a la suya. En sus partituras arma piezas de ingeniería muy fina que esconden más de lo que parece a primera escucha. Toma de aquí y de allá sin militar en ninguna parte. Se diría que le interesa todo -el jazz norteamericano, la armonía europea, los recursos del pop- menos dársela de heredera de nada. Y tiene un cuarteto, Dinosaur, que traduce a las mil maravillas sus ideas. 'To the earth', tercer disco del grupo, es una buena prueba de lo bien que se le da ir por libre. Roger Roca

Este EP de cuatro canciones presenta la cara más emocional del rapero madrileño, siempre inconformista y en busca de nuevas parcelas sonoras. En este trabajo destaca un C. Tangana frágil y vulnerable, algo que difiere del personaje rocoso que ha cultivado en los últimos años. El EP, que presenta sentimientos enfrentados, lo preside 'Nunca estoy', un delicado puente entre generaciones que incluye versos de Alejandro Sanz ('Corazón partío') y Rosario ('Como quieres que te quiera') y que está perfectamente construido por los productores Nineteen85 (Drake) y Alizzz. Ignasi Fortuny

¿Qué hiciste tú durante el Gran Confinamiento del 2020? En el futuro, la mayoría contestaremos a esta pregunta con un simple: "Aguantar". Charli XCX, en cambio, podrá decir que compuso y grabó un álbum en seis semanas. Y uno, si no tan perfecto como 'Charli' (2019), claro, realmente bueno, con estribillos extáticos, letras sin filtros, sonido crudo pero intrincado… Canciones como 'forever', 'detonate', 'enemy' o 'i finally understand' la afianzan como reina absoluta del pop del siglo XXI. Juan Manuel Freire

El trovador tejano acude al fondo más comprometido de la música americana inspirándose en el accidente que se llevó por delante a 29 operarios de una mina de Virginia (cuyos propietarios fueron condenados por incumplir protocolos de seguridad). La tragedia, el dolor y el sentido de justicia envuelven un cancionero crudo y sensible, con acentos de bluegrass, rockabilly y góspel, y giros conmovedores como 'If I could see your face again', canto de duelo en la voz de Eleanor Whitmore.  J. B.

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