CRÏTICA DE CINE

'HIjos de la ultraderecha': Dinamarca en llamas

El director Ulaa Salim habla de una realidad que conoce y tensa el relato de forma creíble

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Hijos de la ultraderecha'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Hijos de la ultraderecha'. / periodico

Quim Casas

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En la primera secuencia del filme se produce un atentado terrorista en Copenhague. Todo parece indicar que ha sido una célula islamista Un tiempo después, el auge de la extrema derecha en Dinamarca es una realidad. La primera parte de 'Hijos de la ultraderecha' muestra en paralelo la concienciación de un joven árabe, la consolidación del denominado Movimiento Nacional, cuyo líder arenga a la gente contra los inmigrantes, y la del grupo Hijos de Dinamarca, un colectivo neonazi que hace aún más violentas las premisas del líder del Movimiento Nacional.

 Pero 'Hijos de la ultraderecha' se acoge a diversos puntos de vista: un giro radical de guion conlleva a media película una perspectiva dramática y narrativa distinta. La película ofrece así una panorámica lo más amplia y certera posible. Baraja elementos de drama social y de 'thriller' político, mostrando a la vez que juzgando lo justo. El joven director danés Ulaa Salim habla de una realidad que conoce y tensa el relato de forma creíble –es un filme bastante austero en líneas generales– para sortear los peligros del panfleto maniqueo. Su filme es una cruda reflexión sobre los extremismos y el desolador panorama que ofrecen los populismos.