CORONEL EN LA GUERRA FRÍA

'Patria', una espía española en el KGB

Un documental sobre África de las Heras rescatará la vida y la trayectoria de la agente que trabajó para la URSS

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Marc Marginedas

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Entre el espeso manto de nieve fresca que cubre este colosal cementerio del extrarradio occidental de Moscú, una renovada lápida esculpida en carácteres cirílicos pero con nombre y apellidos indefectiblemente hispanos destaca entre una pléyade de patronímicos eslavos: 'Coronel De las Heras, África'.  Y junto a un seductor rostro femenino de pelo moreno y rasgos mediterráneos cincelado en mármol negro, una única palabra en castellano: 'Patria'.

Este vocablo era, en realidad, el nombre clave con el que esta española nacida en Ceuta en 1909 en el seno de una acomodada familia católica de políticos y militares firmaba los informes secretos que durante décadas envió a Moscú. Captada por la inteligencia soviética en 1937 durante la guerra civil española, África se convirtió en una de las más destacadas espías de la URSS, con una extensa hoja de servicios que incluye misiones en NoruegaMéxico, la retaguardia nazi durante la segunda guerra mundial, Francia y finalmente Uruguay, desde donde supervisó y coordinó, en plena guerra fría y durante un lapso de tiempo de 20 años, todas las operaciones del KGB en América Latina.

La Historia ha jugado una mala pasada a una de las escasas mujeres dentro del KGB que logró el rango de coronel y distinguida, entre otros galardones, con la Orden de Lenin, una de las condecoraciones más elevadas que otorgaba la URSS. Porque, al menos en lo que respecta a la audiencia española, el nombre de África quedó ensombrecido por el de su contemporáneo y compatriota <strong>Ramón Mercader</strong>, el celebérrimo catalán que se hizo inmortal un día de agosto de 1940, cuando hincó un piolet en la cabeza de León Trotski, artífice de la revolución bolchevique aunque enfrentado por aquel entonces al Kremlin y a Stalin.

Película de ficción y documental

En una época en que las historias de espías vuelven a estar de actualidad debido a las presuntas actuaciones de agentes secretos rusos en misiones de desestabilización en Occidente, un documental, dirigido por el periodista ruso <strong>Sergey Brilev</strong>, presentador en RTR, uno de los canales federales, va a rescatar de los archivos de la KGB, entre este año y el que viene, la trayectoria de De las Heras. "Era una mujer tenaz y comprometida con el comunismo y con Stalin, a la que no se puede juzgar con los estándares actuales", sostiene Brilev.  

La cinta, una coproducción ruso-uruguaya que lleva el nombre provisional de 'Señal de llamada: Patria' viajará a UruguayFrancia y Ceuta y hablará en exclusiva con dos exagentes ya retirados que tuvieron a De las Heras como profesora en los últimos años de su vida, cuando en 1971 fue destinada a la instrucción de nuevos espías. Entre otros lugares donde ha filmado el equipo de Brilev se encuentra su antigua casa en Montevideo, "que aún tiene la puerta reforzada para dar a África unos minutos extra en el caso de que llegara la policía y hubiera que destruir los códigos".

De las Heras vivía con libertad su sexualidad y priorizó la causa comunista por encima de cualquier otro aspecto vital. Prueba de ello fueron los dos matrimonios de conveniencia que contrajo para dotarse de coartada en Uruguay.

El primero, con el escritor local <strong>Felisberto Hernández</strong>, al que conoció en París en 1947, con el fin de lograr los papeles para instalarse en el pequeño estado suramericano y del que se divorció nada más regularizar su situación.

El segundo, por orden del KGB, con el comunista italiano Giovanni Antonio Bertoni, para disponer de una tarjeta de presentación entre las clases acomodadas uruguayas. Y aquí surge uno de los episodios más controvertidos de su vida. Bertoni divergía cada vez más de la línea oficial de Moscú, protagonizando enconadas disputas con su mujer legal y durmiendo ambos en camas separadas.

Murió repentinamente en 1964 y las sospechas de su fallecimiento recayeron sobre África, quien llegó a ser interrogada por la policía local.