GALA POR 'STREAMING'

El Met de Nueva York reúne a 40 estrellas de la lírica en su gala 'At-Home'

El coliseo lírico ha congelado los contratos de sus cuerpos estables y pide ayuda para financiar sus actividades

Jonas Kaufmann, en la gala online del MET, con Helmut Deutsch

Jonas Kaufmann, en la gala online del MET, con Helmut Deutsch

Pablo Meléndez-Haddad

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Cada ciudad sufre los estragos de la pandemia de manera diferente, pero en Nueva York el coronavirus parece haber sobrepasado cualquier expectativa. La situación ha devastado el rico tejido cultural de la ciudad, vaciando los escenarios de Broadway en el que reina por sobre todo la Metropolitan Opera House, una de las compañías más importantes del mundo. El presupuesto del coliseo, que en marzo canceló su temporada lírica dejando a miles de artistas sin empleo –invocando “fuerza mayor” por primera vez en su historia, el Met congeló el contrato de los miembros del coro y de la orquesta asumiendo solo los seguros de salud–, hoy hace agua al tratarse de un teatro que vive de la venta de entradas y de aportaciones privadas. Por ello creó la campaña ‘The Voice Must Be Heard’ para recaudar de fondos y evitar el colapso.

En un alarde de poderío, el sábado ofreció en directo la gala benéfica ‘At-Home’ por 'streaming' desde su página web, un evento de cuatro horas que reunió a más de 40 artistas que conectaron en riguroso directo desde diferentes partes del mundo y quienes interpretaron un aria acompañados de piano, música pregrabada o incluso a ‘cappella’; algunos lo hicieron al lado de auténticas leyendas del teclado, como el tenor alemán Jonas Kaufmann, que desde Múnich cantó acompañado del legendario Helmut Deutsch; el barítono galés Bryn Terfel cantó desde su tierra con acompañamiento de arpa y Stephen Costello lo hacía desde Nueva York junto a su esposa, la violinista Yoon Kwon. En otros casos, como la soprano Erin Morley, se valían por sí mismos tocando el piano y cantando, al igual que el tenor Matthew Polenzani o el bajo Gunther Groissböck.

Presentada por el director de la compañía, Peter Gelb –que ha renunciado a su sueldo hasta que el teatro reabra en septiembre, si todo va bien–, la gala contó con comentarios desde Montreal del responsable musical del coliseo, Yannick Nézet-Séguin, e incluyó un homenaje al violista recientemente fallecido Vincent Liota, quien fuera miembro de la Orquesta del Met; el conjunto ofreció dos intervenciones pregrabadas en un prodigio de edición, además de una tercera junto al Coro de la casa interpretando el verdiano "Va, pensiero". El programa comenzó con mensajes de diferentes artistas resaltando las virtudes del teatro y de sus profesionales para decantar en el eslogan de la campaña, 'The Voice Must Be Heard’. Las actuaciones musicales se sucedieron casi sin interrupciones; cada cantante presentaba al siguiente brindando así agilidad al discurso. La calidad técnica fue impecable casi en todo momento, pero sí falló la intervención en directo desde Viena pactada con la actual diva de divas, la soprano rusa Anna Netrebko, cuya actuación despedía la gala; finalmente envió un vídeo pregrabado, al igual que su marido, el tenor Yusif Eyvazov.

Otro tenor, el sueco Peter Mattei, comenzó el maratón desde su residencia cerca de Estocolmo invocando a Mozart y acompañado de acordeón; le siguieron Roberto Alagna junto a su esposa, la soprano Aleksandra Kurzak, para dar paso a Anita Rachvelishvili, Michael Fabiano, Joyce DiDonato, Renée Fleming, Ambrogio Maestri –con el maestro Marco Armiliato al piano–, Michael Volle, Elza van den Heever, Elina Garanca, Jamie Barton, Quinn Kelsey, Angel Blue, René Pape, Ildar Abdrazakov, Joseph Calleja, Golda Schultz, Anthony Roth Costanzo, Sonya Yoncheva, Nadine Sierra, Piotr Beczala, Diana Damrau y su marido Nicolas Testé, Lawrence Brownlee, Isabel Leonard, Ailyn Pérez a dúo con Soloman Howard, Lisette Oropesa, Nicole Car junto su marido Etienne Dupuis al piano y Javier Camarena.

Cabe destacar el impresionante despliegue técnico, con conexiones desde diversos puntos de Estados Unidos y de otras tantas ciudades de Francia, Canadá, Suecia, Suiza, Georgia, Rusia, Polonia, Malta, Latvia o España, donde reside la soprano Nadine Sierra. Una pena la sorprendente ausencia de cantantes españoles.