EL DISCO DE LA SEMANA

Fiona Apple rompe su jaula

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Jordi Bianciotto, Juan Manuel Freire, Roger Roca, Ignasi Fortuny

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Fiona Apple, la artista de carrera escarpada y discontinua, llena de heridas y desencuentros industriales, ni siquiera considerada de un modo consensuado por la crítica. Aquella chica del piano, que exorcizó traumas con su debut, 'Tidal' (1996), encontrando un lugar en la estela del posgrunge, ha ido expandiendo su lenguaje musical a cámara lenta (solo cinco discos en 24 años) hasta llegar a la sacudida emocional, deslenguada y salvaje, de este nuevo trabajo, 'Fetch the bolt cutters', el primero que lanza desde el 2012.

El extraño título ('Consigue unas tenazas'), que corresponde a una de las canciones, está tomado de una frase de Gillian Anderson en la serie 'The fall', y alude a la orden que Apple se da a sí misma, la de cortar cadenas y salir de la cárcel mental en la que se ha sentido recluida. A juego con ese enunciado, el álbum rompe amarras con los moldes de composición más previsibles y sorprende, sobre todo, por la riqueza y preponderancia de sus tramas rítmicas, un aspecto que ya había trabajado en el pasado, si bien no de un modo tan estructural.

La ley del ritmo

Las canciones insinúan un historial clínico con sus alusiones a la depresión, al 'bullying' o al abuso sexual, que ella procede a sanar apelando a la solidaridad femenina, la sororidad ('Ladies' va por ahí), pero todo ese trasfondo, que por sí mismo no va a garantizar un buen disco, conduce a una expresión musical relevante e imprevisible. Con el ritmo en la base de la pirámide: de la trama airada de 'Under the table' ("no me voy a callar", clama) al cuadro de baile con reminiscencias del equipo de 'cheerleaders' o al guiño marcial o tribal que acompaña temas como el titular, 'Relay' o 'Drumset'.

A Apple le basta a veces con esa malla de percusiones, ampliada con timbales, campanas y baterías digitales, acercándose a la ciencia del hip-hop y al 'spoken word', si bien es también capaz de construir desde ahí canciones con más fundamento armónico. Ahí, en la confluencia de ambos mundos, está su más alta expresión: en 'I want you to love me', con sus caudalosos arpegios de piano, la trepidante 'Shamelika' o ese enrarecido menú cocinado 'al mellotron' titulado 'Rack of his'. Y cómo canta, dejándose la piel en cada rima explícita (la mayoría lo son) sin perder naturalidad, improvisando, soltando carcajadas trastornadas e injertos corales con ancestros jazzísticos.

A Fiona Apple no le parece interesante revestir sus angustias con una música melancólica, sino responder con nervio, crudeza y extroversión, aun a costa de sonar un poco excéntrica, alocada incluso. Pero esa es su original receta para dar despacho a sus fantasmas y entregar una obra de arte vibrante y veraz, donde la principal nota discordante es esa fea portada digna de un grupo de 'riot grrrls' serie B de los años 90. – Jordi Bianciotto

OTROS DISCOS DE LA SEMANA

Mike Dean, coproductor de Kanye West y muchos de sus afiliados, debuta a su nombre con hora y media de instrumentales de sintetizador que pueden sonar puramente progresivos o más en consonancia con las bandas sonoras de Carpenter y Trent Reznor. En días de teletrabajo tan extendido, conviene apuntar algo: '4:20' es perfecta música para trabajar, a la vez minimalista, poderosa y, lo dicho, progresiva. Según Dean, también es improvisada, pero eso a veces cuesta de creer. – Juan Manuel Freire

"Estoy cubierto de pelo de gato, pero aun así huelo bien. Dime, nena, ¿qué tal me queda esta bandana?" Así 'ronea' Thundercat, bajista extraordinario, letrista en equilibrio imposible entre la chorrada y la confesión más sincera, productor de ideas a chorro, personaje casi de dibujos animados. 'It Is What It Is', su cuarto disco, es una montaña rusa de emociones. De las ganas de juerga a la bajona existencial, del calentón sexual al lamento por un amigo muerto. Honestidad brutal con mucho funk y gancho pop. – Roger Roca

El sesudo e inquieto rapero gallego, inmerso también en un proyecto con un alias paralelo (Lil GZ) que busca experimentar con el trap –a menudo se difuminan uno en el otro–, presenta un álbum con su fórmula original, la del rap con afilada crítica social. En 'Siempre', Pedro Ruibal está revelador, maduro y elocuente en su relato a través de 16 canciones en las que, por  ejemplo, nos enseña que para radiografiar la actual crisis sanitaria también nos queda el rap. – Ignasi Fortuny.

Seis años después del extrovertido 'Festival', Carles Sanjosé reaparece con un disco que lo acerca más bien a las cadencias hondas de 'Al marge d’un camí' (2010), con nuevas capas de reflexión derivadas de su actual condición de padre de familia. Disco breve y justo, seis canciones que apelan al peso de las tradiciones, ironizan con la revolución y ensalzan el amor romántico en tiempos de enmiendas airadas. Sanjosex cálido, confesional y tenuemente luminoso, con la voz cómplice de Bikimel. J. B.