ESTRENO A FINALES DEL 2020

Jodorowsky, Lynch, Villeneuve...: el tortuoso camino a 'Dune'

Tras la adaptación frustrada de Jodorowsky y la vapuleada de Lynch, los fans de la obra cumbre de la ciencia ficción esperan con ansia la versión de Villeneuve, de la que se han presentado las primeras imágenes

Un fotograma de la versión de 'Dune' de Denis Villeneuve

Un fotograma de la versión de 'Dune' de Denis Villeneuve / periodico

Nando Salvà

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El crítico Roger Ebert la definió como "un verdadero desastre, una excursión incomprensible, fea e inútil a los confines más oscuros de uno de los guiones más confusos de todos los tiempos". Su colega Janet Maslin, del 'New York Times', opinó: "Varios de sus personajes son mentalistas, y eso los dota la capacidad única de entender qué pasa en la película". 'Dune' (1984), tercer largometraje de David Lynch, no solo fue vapuleado por la prensa sino que también fracasó en taquilla; y asimismo dejó en evidencia tanto que su director no tenía madera para trabajar al servicio de Hollywood como que el libro de Frank Herbert en el que se basaba, considerado un hito de la ciencia ficción y una de las obras maestras literarias del siglo XX, tal vez sea inadaptable a la pantalla pese a que, a lo largo de las décadas, la idea de traducirlo a imágenes y sonidos ha seducido a cineastas ilustres como David Lean y Ridley Scott y a otros que lo son menos, como Peter Berg.

Por eso -aunque no solo por eso- es lógico que, ahora, la segunda versión cinematográfica de Dune en ver la luz sea una de las películas más esperadas de 2020 -a menos que la pandemia de covid-19 lo impida llegará a los cines una semana antes de navidad-, y que las primeras imágenes de su producción, difundidas hace solo unos días, hayan creado tanta expectación. Su director, Denis Villeneuve, se ganó la confianza de los fans del género gracias a sus dos películas inmediatamente anteriores, 'La llegada' (2016) y 'Blade Runner 2049' (2017), pero ni eso ni un reparto que incluye a Timothée Chalamet, a Oscar Isaac, a Charlotte Rampling, a Javier Bardem y al mismísimo Aquaman ha aplacado la ansiedad de los fans de Herbert.

Publicado en 1965, el libro original -su autor escribió cinco secuelas y, a su muerte en 1986, su hijo Brian coescribió 13 novelas más vinculadas a él-, retrata un futuro lejano en el que impera un sistema feudal y en el que los linajes nobles luchan entre sí para colonizar planetas. Transcurre mayormente en uno de ellos, Arrakis, en el que habitan gusanos gigantes y voraces y se produce una droga, conocida como “la especia”, esencial para la humanidad; es allí donde el héroe Paul Atreides se convierte en líder de una revolución para proteger a su familia. Es un relato que, además de tocar asuntos propios del tiempo en el que fue escrito -las guerras por el petróleo, las drogas psicotrónicas, el budismo zen-, habla de otros que siguen de plena actualidad como el miedo al autoritarismo, los efectos del imperialismo y el capitalismo, la ingeniería genética, el terrorismo, y la sobreexplotación de la Tierra. Para desarrollar todo eso, Herbert describe un guirigay de religiones, costumbres, fuerzas políticas e intrigas palaciegas; recurre a una sucesión de monólogos internos y recubre sus reflexiones de espesura filosófica y mística. ¿Cómo se condensa todo eso en una película?

El primero en intentarlo fue Alejandro Jodorowski, responsable de dos de las obras más demenciales de la historia del cine, El topo (1970) y La montaña sagrada (1973). El chileno planeó dirigir una epopeya de 14 horas; la iban a protagonizar Salvador Dalí, Orson Welles, Gloria Swanson, David Carradine y Mick Jagger; el ilustrador Moebius y el escultor H.R. Giger -posteriormente creador del monstruo de Alien (1979)- fueron reclutados para idear el look  de la película; Pink Floyd iba a encargarse de componer la música. Era un monstruo de tal envergadura que, inevitablemente, nunca llegó a ponerse en pie. El fascinante documental Jodorowsky's Dune (2013) relata los detalles de ese proyecto frustrado que con el tiempo ha adquirido un estatus casi mítico. También la película de 1984, es cierto, ha llegado a considerarse algo parecido a una obra de culto, aunque lo cierto es que Lynch llegó a odiar tanto la versión que finalmente llegó a los cines -impuesta por los productores, y muy distinta a la que él había concebido- que exigió la retirada de su nombre de los créditos, y posteriormente pasó muchos años negándose a hablar en público del asunto.

Villeneuve ya ha dejado claro que su película no se parecerá en nada a la de Lynch -que nadie, pues, espere ver en ella ni maquillajes grotescos ni a Sting ataviado con unos calzoncillos alados-; tampoco es probable que se parezca a la monótona versión televisiva estrenada en el 2000 o a la miniserie 'Hijos de Dune' (2003), basada en dos de las secuelas escritas por Herbert y también a evitar. Entre lo poco que se sabe de ella es que cubrirá solo una parte de los acontecimientos relatados en el libro original, y que el director la ha diseñado como la primera entrega de un díptico -la productora Warner Bros aún no ha dado el visto bueno a la segunda película-; sí es oficial, en cambio, el futuro estreno en pantalla pequeña de la serie 'Dune: The Sisterhood', cuyo piloto también dirigirá Villeneuve y que funcionará a modo de precuela.

Asimismo se da por hecho que, a diferencia de Jodorowsky y Lynch -que tomaron un texto psicodélico y bizarro y quisieron convertirlo en algo aún más psicodélico y bizarro-, el canadiense tratará de encontrar un equilibrio entre la letra de Herbert, sus propias inquietudes autorales y las necesidades de Hollywood. “Mi ambición es que la película sea como 'Star Wars' para adultos”, ha afirmado. Y hablando de la saga Star Wars, obviamente influenciada por Dune: su creador, George Lucas, le dijo una vez a Lynch que, en efecto, hacer una adaptación decente del libro de Herbert era imposible. Ojalá se demuestre que estaba equivocado.

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