CRÍTICA DE CINE

'Longa noite': después de la guerra civil

Eloy Enciso refleja de una forma absolutamente distinta una realidad, la de la posguerra española, que tanta literatura y tantas imágenes ha generado

Quim Casas

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Representante de un nuevo y cerebral cine gallego que experimenta en territorios disconformes entre la ficción, el documental y la representación, Eloy Enciso habla en 'Longa noite' de los efectos de la guerra civil española a partir de una desdramatización escénica e interpretativa, de los lugares, los paisajes, los rostros y las voces.

Como en el cine al límite de la pareja Jean Marie Straub & Danièle Huillet y en buena parte de la obra de Robert Bresson, las actrices y actores, básicamente no profesionales, son aquí máscaras recitativas, modelos antes que intérpretes de carne y hueso capturados por Enciso en hierática expresión.

El dispositivo es crudo y radical. Si se entra en el juego establecido por el director, la belleza de algunos de los textos y la fascinación de la imagen filmada (de nuevo con la espléndida fotografía de Mauro Herce, director de 'Dead slow ahead' y operador de 'Lo que arde') pueden hacer el resto. Siempre al límite, pero es una reflexión muy interesante, ayer y hoy, sobre las guerras y los fascismos.

Los personajes de esta Galicia rural de los años 40 hablan, a cámara o al vacío, para recitar pasajes de autores como Max Aub y textos procedentes de las cartas de presos republicanos. Es una forma absolutamente distinta de mostrar una realidad, la de la posguerra española, que tanta literatura y tantas imágenes ha generado. Ningunas como las de este filme.