LOS PLANES DEL GRUPO BARCELONÉS

Love of Lesbian anuncia un disco "profético" y "con un punto apocalíptico"

Santi Balmes y compañía dejaron en suspenso la grabación por el coronavirus y han puesto en marcha un ciclo semanal de actividades en 'streaming', con entrevistas, recetas gastronómicas, literatura y música

Santi Balmes, de Love of Lesbian

Santi Balmes, de Love of Lesbian / periodico

Jordi Bianciotto

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A Love of Lesbian, la sacudida del maléfico bicho les ha pillado en plena grabación de su nuevo disco, el sucesor de ‘El poeta Halley’ (2016), cuyas sesiones comenzaron en enero y esperan retomar cuando se pueda. Mientras dure este extraño estado de las cosas, emiten señales al mundo a través de un programa de actividades en ‘streaming’: conversación con un invitado los miércoles con el guitarrista, Jordi Roig; recetas gastronómicas los sábados por parte del batería, Uri Bonet; los recitados literarios de Santi Balmes los domingos, y la sección musical itinerante del guitarrista Julián Saldarriaga.

A Balmes, el encierro le ha servido al menos para decidirse a dejar de fumar. “Hace unos días fui al estanco a comprar tabaco, para no quedarme sin existencias, y estando ahí con el dependiente, ambos con mascarillas, me di cuenta de que estábamos protegiéndonos de algo al mismo tiempo que traficábamos con veneno”, cuenta. “Pensé que igual era el momento de dejarlo”. El cantante del grupo barcelonés entretiene su confinamiento familiar, con su mujer y sus hijas de 15 y 16 años, abonándose a series televisivas (sigue la peripecia de ‘Ozark’; recomienda ‘Devs’ y ‘Undone’) mientras se hace preguntas sobre el mundo con el que topará este disco de Love of Lesbian a medio hacer. “¿Cómo se interpretarán las letras en las que estaba trabajando después de esta debacle?”.

Canción premonitoria

Las nuevas canciones transmiten “mensajes más bien alicaídos sobre el mundo, ya sea en términos sociales, políticos o ecológicos”, revela. Y una inquietud derivada de “las ‘fake news’, los totalitarismos y la mezcla de todo ello”. En aquel mundo pre-virus, Santi Balmes escribió una canción que ahora suena premonitoria. “La letra dice ‘en tiempos de la peste bubónica, romanticismos, los justos’”, señala asombrado. “Es la más enloquecida y punk de las canciones nuevas. La escribí hace seis meses y ahora no sé si terminar de grabarla con la toma definitiva cuando volvamos al estudio, porque me hará gracia pensar en mi medio-profecía, o eliminarla por el mal rollo que me dará”.

Balmes trabajó en esos temas pensando “en un futuro lineal, sin imaginar algo tan abrupto como lo que ha ocurrido”, pero influido, cree, por “lo que se respiraba en el ambiente”. Anuncia un álbum “bastante directo y expeditivo, menos lírico que el anterior, y con un punto apocalíptico, marcado por las cosas que han pasado en los últimos tiempos, desde el ‘procés’ al auge de Trump o Bolsonaro”. Viendo el perfil de ciertos líderes, Balmes sospecha que “deberíamos empezar a hacer controles psiquiátricos de los políticos que llegan al poder”.

Saturación otoñal

Hablamos de un disco, dice sin rodeos, “profético, de coger miedo”, confiesa. El repertorio está cerrado, pero aún está a tiempo de modular el tono de las letras si lo estimara conveniente. “Queda aquella tentación de añadir algo que documente el presente. Yo la tengo, y aún tenemos tiempo”, señala. Ahora, todo es objeto de reconsideración. “El disco iba a salir en mayo, la gira queda rota por la mitad, y quizá podríamos sacarlo en otoño, pero, ¿nos interesa eso? ¿Es bueno que salga en un momento en que habrá tantísimas cosas que se habrán postergado, como los festivales que pasan a octubre?”, se pregunta Balmes, que desliza un temor. “A ver si entonces estresaremos al consumidor cultural”.

Mientras se decide, el menú ‘lesbiano’ en ‘streaming’, a través de Instagram, le muestra recitando textos literarios y poéticos de lo más variado. “Bukowski, Neruda, Palau i Fabre, Espriu... Una barbaridad. Y textos que la gente escribe, y alguna cosa mía”, explica Balmes, que abrió una cuenta de mail específica para recibir propuestas. “Y en una hora y media tuve que cerrarla porque me asusté con la cantidad de mensajes que me llegaron. ¡Tengo material para un confinamiento de medio año!”.