CULTURA EN CUARENTENA

¿Qué pasará si no se celebra el Festival de Cannes por el coronavirus?

Es el festival de cine más importante del mundo y su celebración este año, previo anuncio de cambio de fechas, sigue en entredicho. Qué se haga o no marcará el resto de la temporada

Preparativos en La Croisette de la 72ª edición del Festival de Cannes

Preparativos en La Croisette de la 72ª edición del Festival de Cannes / periodico

Quim Casas

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Spike Lee había sido elegido presidente del jurado de la edición del festival de Cannes del 2020, a celebrar entre el 12 y 23 de mayo. Fue el primer dato revelado por el departamento de prensa del festival más importante del mundo, ya que es el que marca la tendencia para lo que queda de año cinematográfico, desde mayo hasta principios del año siguiente, cuando se van estrenando las películas candidatas al Oscar.

No era una noticia baladí: Spike Lee era el primer presidente afroamericano del jurado en toda la historia del festival francés. El director de 'Malcolm X', galardonado con el Gran Premio del Jurado en la edición del 2018 por 'Infiltrado en el KKKlan', se mostraba muy feliz, aunque su relación con el certamen no fue siempre tan buena. Durante años circuló el rumor, convertido casi en leyenda urbana, de que en la edición de 1989, cuando presentó una de sus mejores obras, 'Haz lo que debas', había manifestado abiertamente su disgusto por no ganar la Palma de Oro –se la llevó el primer filme de Steven Soderbergh, 'Sexo, mentiras y cintas de vídeo'– comentado que llevaba grabado en un bate de béisbol el nombre del presidente de aquel jurado, Wim Wenders, y que si se lo encontraba cara a cara ya podían suponer la utilidad que le daría al bate.

Así es Lee, que puede quedarse sin presidir el festival que tanto ama y tanto odia. Todo el mundo relacionado con el cine en los cinco continentes, productores, directores, intérpretes, distribuidores, compradores, exhibidores, periodistas, críticos, cinéfilos y espectadores en general, está siempre pendiente de la celebración de Cannes. Es el gran evento. La gran alfombra roja. El mejor escaparate posible. Ningún otro festival puede competir con el que dirige Thierry Frémaux. Cualquier filme, por pequeño que sea, presentado en la Sección Oficial o en las otras tres secciones –Un Certain Regard, la Quincena de los Realizadores y la Semana de la Crítica–, tiene un potencial de 700 posibles compradores por el solo hecho de presentarse en Cannes. Todos quieren estar. Además, el Marché du Film, el poderoso mercado internacional que se realiza en paralelo al certamen, mueve montones de citas, compras, ventas, contactos y acuerdos de financiación para proyectos venideros; millares de agentes, vendedores, distribuidores, ojeadores y programadores de otros festivales (12.500 participantes en la edición de 2019 procedentes de 121 países). Si desaparece este año, el desastre para el siguiente es evidente.

Desde hace años, además, marca tendencias a nivel de estilos, géneros y nacionalidades. El 'boom' del cine asiático que empezó en los años 90 no habría tenido el mismo efecto sin la caja de resonancia que es Cannes. Lo mismo podríamos decir del cine rumano, que hace una década cotizó bien alto gracias a la Palma de Oro conseguida por el filme '4 meses, 3 semanas, 2 días' en el 2007. Cannes ha lanzado a Jim Jarmusch, coronado a David Lynch, los hermanos Coen y Soderbergh –también el cine independiente estadounidense le debe mucho al festival–, refrendado en dos ocasiones el cine social de Ken Loach, ha sido un escapare internacional modélico para Pedro Almodóvar y no podemos olvidar que la marcha triunfal de la producción surcoreana 'Parásitos' empezó, precisamente, en la anterior edición del certamen francés y acabó en la última entrega de los Oscar, cerrando así el círculo virtuoso perfecto.

Una sacudida muy importante

Los responsables del festival han anunciado que este año, a causa de la crisis sanitaria y económica provocada por el Covid-19, retrasa sus fechas hasta finales de junio o principios de julio. Si no se realizara, supondría una sacudida importante para todos los estamentos del mundo cinematográfico. ¿Qué pasaría con las películas ya seleccionadas o pre-seleccionadas? Teniendo en cuenta la importancia de estar en Cannes, ¿esperarían algunos productores a la edición del año que viene, dejando sus filmes en el congelador, lo que ello supone de frenazo económico para posteriores proyectos? Si no van a Cannes, la opción es la Mostra de Venecia –que en los dos o tres últimos años se ha convertido, por lo que respecta a la selección del cine norteamericano, en la antesala de los Oscar–, pero que algunos filmes y cineastas habituales en el festival francés fueran al italiano supondría un golpe duro para los intereses de Cannes. En cuanto al Marché du Film, ya ha anunciado la creación de un mercado virtual pueda hacerse o no en términos físicos.

Por otro lado, el aplazamiento hasta comienzos del verano tampoco parece la mejor de las opciones. El estreno inmediato en salas de algunas de las películas proyectadas durante el festival se vería taponado por el aluvión de títulos veraniegos: julio, agosto y septiembre casi nunca han sido los meses más propicios para estrenar películas de Cannes. Además, hasta que Frémaux no haga públicos los filmes seleccionados, el resto de festivales internacionales que vienen detrás (Venecia, San Sebastián o Locarno, además de Karlovy Vary, que coincidiría en fechas dado que está programado entre los días 3 y 11 de julio) no tendrá demasiado claro, y con poco margen de maniobra, que películas quedarán liberadas más allá de aquellas que no lleguen a tiempo para Cannes. Este es otro dato a tener en cuenta. No solo ha parado la exhibición a causa de la pandemia, también lo han hecho los rodajes y el trabajo de posproducción de aquellas películas ya filmadas. ¿Cuáles estarán disponibles realmente en los próximos meses?

A estas alturas, Cannes debería tener prácticamente cerrada su programación. La rueda de prensa en la que anuncian el 90 % de títulos seleccionados es a mediados de abril. Por lógica, esa rueda de prensa se hará ahora a principios de junio. ¿Esperará todo el mundo hasta esa fecha? ¿Y si la crisis se alarga aún más y Cannes no puede celebrarse? ¿Qué ocurrirá con todas esas películas hasta ahora bloqueadas? Aunque no se había confirmado nada, sonaban títulos de cineastas bastante habituales en Cannes como Paul Verhoeven ('Benedetta'), Léos Carax ('Annette'), Sofia Coppola ('On the rocks'), Wes Anderson ('The french dispatch'), Ben Wheatley ('Rebecca'), Bruno Dumont ('Per un demi-clair matin'), François Ozon ('Eté 85'), Nanni Moretti ('Tre piani') o Woody Allen ('Rifkin’s Festival'), con algunos en la recámara en función de si estarán listos o no –'Mank' de David Fincher, 'Blonde' de Andrew Dominik, 'Tenet' de Christopher Nolan– y algunos muy improbables como la nueva versión de 'Dune' a cargo de Dennis Villeneuve, cuyo estreno estadounidense no está previsto hasta el próximo diciembre.

De ahí la importancia de Cannes. Del hecho de que se celebre o no depende –cuantiosas perdidas económicas al margen– todo lo que queda de temporada cinematográfica más allá de los 'blockbusters', 'Star wars', James Bond y otros títulos que no necesitan de Cannes aunque muchas grandes producciones hollywoodienses se han presentado o publicitado a lo grande aprovechando el despliegue informativo que se produce año tras año en el festival de la Costa Azul.