GALARDÓN

Yvonne Farrell y Shelley McNamara, primer equipo femenino en ganar el Premio Pritzker

El jurado del considerado 'Nobel de Arquitectura' reconoce a las dos irlandesas como "pioneras" en un sector dominado por hombres

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La arquitectura, dijo Yvonne Farrell, "podría ser descrita como una de las más complejas e importantes actividades culturales en el planeta. Ser arquitecta es un enorme privilegio. Este premio es un maravilloso respaldo a nuestra idea de la arquitectura. Gracias por este gran honor". La arquitectura, dijo Shelley McNamara, "es un marco para la vida humana. Nos ancla y nos conecta con el mundo de una manera que probablemente ninguna otra disciplina creadora de espacios puede hacer". Con su propia definición de la disciplina a la que han dedicado la vida, las arquitectas irlandesas agradecieron este martes la concesión del Premio Pritzker de Arquitectura 2020, el considerado Nobel de la especialidad, que el jurado llenó de argumentos laudatorios como este: Farrell y McNamara han tenido durante toda su carrera "la capacidad de ser cosmopolitas respetando la individualidad de cada lugar en el que trabajan". Es el primer equipo femenino que gana el premio.

De las responsables de obras reconocidas como la sede del Instituto Urbano de Irlanda (Dublín), el edificio de la Universidad Luigi Bocconi (Milán), la Escuela de Medicina de la Universidad de Limerick (Limerick, Irlanda), el campus de la Universidad UTEC de Lima o el edificio del Institut Mines Télécom en París, el jurado también reconoció su condición de "pioneras en un campo tradicionalmente dominado por los hombres", y a sus edificios los llamó "buenos vecinos", toda vez que intentan "contribuir más allá de sus propios límites y hacer que una ciudad funcione mejor". "Farrell y McNamara pueden hacer que sus edificios respondan a un entorno y una ciudad de la manera más adecuada, sin dejar de ser frescos y modernos". "Su enfoque de la arquitectura siempre es honesta, y revela una comprensión de los procesos de diseño y construcción desde estructuras a gran escala hasta los más mínimos detalles". Para el jurado, la arquitectura de las premiadas tiene a la vez "arte" y "humanidad".

Grafton Architects

Aunque la mayor parte de su obra se encuentra en Irlanda, también han llevado a cabo encargos en Francia, Italia y Perú. Farrell (1951) y McNamara (1952) se conocieron cuando estudiaban en la Escuela de Arquitectura del University College de Dublin. Con otros tres socios, en 1978 fundaron Grafton Architects, pero al cabo del tiempo solo quedaron ellas. Es en ese estudio, ubicado en la calle del mismo nombre en Dublín, donde han llevado a cabo la totalidad de su trabajo. "La colaboración entre Farrell y McNamara representa una auténtica interconexión entre partes iguales", reza el veredicto del jurado. A las edades de 68 y 69 años, el Pritzker es la culminación de una laureada carrera que ha incluido galardones como el León de Plata de la Bienal de Venecia del 2012 y la Medalla de Oro del Royal Institut of British Architects este año. En el 2018 comisariaron la Bienal de Venecia de Arquitectura, labor que el jurado destacó en su fallo como un ejemplo de solidaridad y generosidad con sus colegas.

Uno de los edificios más emblemáticos de su manera de entender la arquitectura, y a la vez de los más premiados, la UTEC de Lima, se encuentra ubicado entre una autopista y un barrio residencial, lo que en el momento del encargo representó todo un desafío. Lo resolvieron con un edificio vertical y con perfil en cascada y un diseño ideado para recoger el viento del mar, lo que minimiza el uso de aire acondicionado. Para las oficinas del Departamento de Finanzas de Dublín emplearon tierra local para la fachada e idearon un atípico diseño de las ventanas que ofrece vistas panorámicas sobre la ciudad, a la vez que refuerzan la sensación de amplitud. En el edificio de viviendas de la calle de North King, en la capital irlandesa, el patio interior fue diseñado como un espacio de refugio para los vecinos de una transitada calle. No es gratuito, por supuesto, que el jurado reconociera el profundo componente humano de su trabajo.

Los edificios de las galardonadas, destacó el jurado, son a la vez "nuevos" y "respetuosos con el entorno". "Establecen respuestas distintas a cada encargo" y se esfuerzan por comprender el contexto local. Farrell y McNamara, sucesoras del japonés Arata Isozaki, galardonado el año pasado, dijeron que el premio también reconoce "la visión y la ambición" de los clientes que les permitieron "llevar a buen término” sus edificios".