RECUERDO A LA FIGURA DE UN REFERENTE DEL HUMOR GRÁFICO

Perich, un humorista feroz 25 años después de su muerte

Un inédito autobiográfico, una reedición y una exposición en el Born recuerdan la figura, obra y vigencia del popular humorista gráfico

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Anna Abella

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El pasado 1 de febrero se cumplía un cuarto de siglo de la prematura muerte, a los 53 años, de Jaume Perich (Barcelona, 1941–Mataró, 1995). Fue uno de los humoristas gráficos más populares e influyentes del último tercio del siglo XX, cuya mirada crítica sobre el mundo y la sociedad, irónica y cáustica, rebelde y lúcida, vertía sobre temas como el franquismo, la democracia, la cultura, la política, la televisión… Esa visión, tan incisiva y felina como la de los gatos que tanto le apasionaban y que tan a menudo habitaban sus viñetas -hasta el punto de usar a uno como su 'alter ego'-, sigue absolutamente vigente.

Intelectual de izquierdas, su figura vuelve a recordarse este 2020, 25 años después de su última viñeta, publicada el día siguiente a su muerte en las páginas de EL PERIÓDICO, diario en el que estuvo desde su fundación, en 1978, y en la que su ironía se hacía póstuma: “Decir que los pobres somos mejores que los ricos es una tontería… la prueba es que todos los pobres quisiéramos ser ricos”, afirmaba el mendigo que dibujó en ella. 

Abriendo boca, este febrero ha salido a la luz un<strong> libro autobiográfico inédito que Perich dejó hilvanado </strong>sobre su infancia en un colegio de curas franquista, ‘Un abric verd penicil·lina’ (Angle-Ajuntament de Barcelona), de cuya edición se ha encargado el también humorista gráfico Jaume Capdevila, Kap, quien es también el comisario de la exposición homenaje que este jueves se inaugura, como plato fuerte, en el Born Centre de Cultura i Memòria, ‘Jaume Perich (1941-1995). Humor con ojos de gato’. 

También felina es la reedición que Trilita Ediciones emprende de ‘Los gatos de Perich’, recopilación inencontrable de las viñetas en las que aparecía su animal favorito, que la próxima semana llegará de nuevo a las librerías en castellano y catalán y con nuevo prólogo de su amigo y experto en cómic Antonio Martín. Además, entre la serie de actividades que el Born CCM acogerá hasta junio en paralelo a la exposición figura una nueva edición del premio Gat Perich d’humor gràfic, el 4 de abril.          

“Perich emerge en los años 70 con ‘Autopista’ (‘longseller’ del que vendió más de medio millón de ejemplares), que es una mirada ferozmente crítica, moderna y desinhibida con la que llega más lejos que otros dibujantes, que es capaz de conectar con la gente joven de hoy que no lo conoció además de con la nostalgia de los que sí lo hicieron”, cuenta Kap, a quien sigue sorprendiendo “lo vigente de su humor”. 

“Yo tengo el vicio de dibujar ‘ninots’ y también de mirarlos, y es una constante que para el humor gráfico de actualidad el paso del tiempo es nefasto –añade-. Ves viñetas de los 70, 80 o 90 que han perdido su carga satírica, o las de ‘¡Cu-Cut!’, ‘El be negre’ o ‘L’esquella de la Torratxa’, que eran buenísimas pero en las que se ha perdido la conexión con el público de hoy. Con Perich pasa lo contrario. Miro sus chistes una y otra vez y vuelvo a reír. Eso demuestra su talento: hablaba de la actualidad del momento pero iba a la esencia, que es inmutable”. Valgan como ejemplo un par de sus aforismos: “El hombre no sólo es el único animal capaz de reírse de sí mismo, sino que es el único también capaz de prohibir que se rían de él” o “Resulta muy lamentable comprobar que el amor no puede durar eternamente y que, en cambio, el plástico sí”.

Dardos contra todos

Hoy, especula, “seguramente tendría problemas”. “Porque todos los humoristas serios los tenemos. Yo intento ser crítico con todo y con todo el mundo cuando lo merece. Con la situación política actual, tan polarizada, él seguramente habría tomado partido pero con un sentido crítico hacia todos. De la exposición del Born todo el mundo podrá salir enfadado porque se ve que lanzaba dardos contra las izquierdas, contra las derechas, contra los catalanistas, contra los españolistas, contra la religión… Se metió con todos. Esto hace más grande su coherencia y honestidad como humorista”. 

Unas 300 piezas originales, 150 de ellas dibujos y documentación personal inédita, conforman la muestra del Born, que podrá verse hasta el 16 de agosto. Parte de ese material se basa en el legado de Perich que conserva el Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona, en Casa de l’Ardiaca, donado por la familia. Fue allí donde encontró Kap el sobre que se convertiría en ‘Un abric verd penicil·lina’. “Seguro que saldrán más inéditos –afirma-. He visto material para hacer varias obras más con cosas absolutamente inéditas o inencontrables. Por ejemplo, cuando trabajó en Bruguera siendo un principiante preparó un librito nunca publicado de humor negro. También tenía una serie de chistes sobre papas de Roma… La familia está trabajando muy bien su memoria. Y donó su legado con la voluntad de preservarlo, catalogarlo y también difundirlo”.   

Dibujante de prensa de papel

De Perich, que antes de en EL PERIÓDICO publicó en numerosos medios, como ‘La Codorniz’, ‘Barrabás’, ‘Hermano Lobo’, ‘Por Favor’ (que cofundó junto a su amigo Manuel Vázquez Montalbán), ‘El Correo Catalán’, ‘Interviú’, ‘El Jueves’, ‘Diari de Barcelona’, ‘Mundo Diario…’, tendrá también la exposición algo de homenaje al dibujante de prensa. “De prensa en papel,   que merece mucha atención porque está en peligro de extinción –destaca Kap-. Quise situarle además dentro de la prensa satírica del país, en un apartado con joyas originales de la primera mitad del siglo XX como Cesc, Opisso, Castanys, Apel·les Mestres, Picarol, Muntañola, Conti o Apa, influencias como Chumy Chúmez, y autores de su generación, como Máximo, Tom, Gin, Ivà, Romeu, Martinmorales u Oli”. 

Dibujos nunca vistos, como el primero, anterior a 1958, de cuando aún firmaba como Jaime, antes de entrar en Bruguera (en 1964), o un guion inédito de cine que escribió con Francesc Bellmunt y José Luís Guarner, revela el comisario, estarán en la muestra, que también prevé un espacio sobre la trastienda de su oficio, que enseñará el sistema de trabajo de Perich o sus libretas con tachones. 

Y algo que se recuerda poco, su genialidad para los aforismos. “Son como los clásicos griegos o los de Montaigne, que superan el paso del tiempo, porque es crítico, conciso, demoledor, hilarante y corrosivo”, añade Kap. Como muestra, un botón: “El símbolo de la libertad es la antorcha. Por lo fácil que es apagarla”.