GRITO DE ALERTA DE LA MUESTRA

Barnasants pide "militancia" para asegurar su futuro

El festival de canción de autor celebra su 25º aniversario con más conciertos y producciones propias que nunca, pero "con los pies de barro", llamando al activismo a través de la campaña de micromecenazgo 'Salvem Barnasants!'

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Jordi Bianciotto

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Barnasants está de celebración por su 25º aniversario, con más conciertos que nunca (un total de 125), acento en las producciones propias y el deleite de contemplar el largo camino andado, pero en paralelo desliza un mensaje de alerta: ‘Salvem Barnasants!’, reclama la campaña de micromecenazgo emprendida estos días para ayudar a cuadrar las cifras de la muestra de canción de autor.

Pero, ¿está en peligro Barnasants? “Sí, absolutamente”, afirma su impulsor y director, Pere Camps, que advierte de los “pies de barro” del festival, aunque “la programación siga creciendo cada año”. El programa de este 2020 reserva, en las próximas semanas, propuestas de artistas como Pau Riba, Toti Soler, Paco Ibáñez, Joan Isaac y el cubano Vicente Feliú, así como producciones en homenaje a Aute, Guillermina Motta, Carlos Cano y Serrat. Los sucesivos recortes de las administraciones dificultan que pueda disponer de “un mínimo equipo humano detrás” y, si no se pone remedio, “esto habrá que cerrarlo, por muy referente cultural que sea”.

Buscando “gente activa”

Para, en primer término, compensar la caída de aportaciones públicas se ha puesto en marcha ‘Salvem Barnasants!’, campaña encaminada a recoger entre el público y los simpatizantes del festival, a través de la plataforma Goteo.org, 16.000 euros (en una primera ronda que se cerrará el martes que viene; objetivo que ya está muy cerca de alcanzarse) y 30.000 (en la segunda, que dispondrá de otros 40 días). Aportaciones saludadas con recompensas diversas (objetos relacionados con el festival y serigrafías de los carteles) y con el carnet de socio de la Amical Barnasants, la nueva comunidad de amigos de la muestra. Porque la iniciativa de Goteo “no es solo para tapar agujeros” sino para crear un entorno de “gente activa”.

El presupuesto de Barnasants es de unos 500.000 euros, de los cuales 75.000 proceden de la Generalitat; 70.000, del Ayuntamiento de L’Hospitalet; 45.000, del de Barcelona; 15.000, del Ministerio de Cultura; 8.000 de la SGAE, y 6.000, de la Diputació. El año pasado hubo ayudas de la Generalitat Valenciana (25.000 euros), el Institut d’Estudis Baleàrics (22.000) y el Ayuntamiento de L’Alguer (35.000). A partir de ahí, se cubre con patrocinios privados y la venta de entradas. Indica Pere Camps que “todavía no se han revertido los recortes de la época del presidente Mas, cuando Cultura redujo su ayuda en 35%”. Luego han venido otros tijeretazos; el último, del ayuntamiento de Barcelona. “Son unos 30.000 euros menos, y nos ha dejado tambaleándonos”, asegura Camps, que lamenta además que el consistorio “no haya apostado por la creación del Ateneu de la Cançó”, lo cual ha generado “un desencanto entre los cantautores”.

Aportaciones imprevisibles

Barnasants vive en la incertidumbre, destaca su director, que lleva años reclamando sin éxito que se establezcan convenios para asegurar la estabilidad. “Por las fechas en que se celebra, el festival solo sabe qué ayudas recibirá con exactitud cuando ya ha terminado la edición de cada año, y cualquier desvío inesperado representa un déficit”, apunta. Barnasants fue catalogado en el 2010, en tiempos del ‘conseller’ Tresserras, como un “festival estratégico” para la Generalitat, pero una década después esa categoría “no se traduce en la práctica”.

Ante la percepción de que la cultura representa “la periferia de los presupuestos”, Camps entiende la Amical con ánimo "militante", yendo “más allá del carnet de descuentos, que también lo habrá”, y como una “herramienta para crear iniciativas transformadoras que los socios hagan suyas”. En el fondo, estima el creador de Barnasants, se trata de “una batalla política y cultural”.