CRÍTICA DE CINE

Crítica de 'Especiales', autismo decorativo

Nakache y Toledano no evidencian verdadero interés por explorar los aspectos más perturbadores del autismo

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Especiales'

Tráiler de la película 'Especiales' / periodico

Nando Salvà

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Los franceses Olivier Nakache y Éric Toledano han logrado un éxito comercial considerable usando la comedia para exponer problemas y desigualdades sociales -su película más famosa sigue siendo 'Intocable' (2011)-, y por eso no sorprende que su nuevo trabajo a dúo repita método. En él dramatizan una historia real basada en la figura de Stephane Benhamou, durante años al frente de un albergue parisino para aquellos jóvenes aquejados de autismo severo que el sistema hospitalario rechaza.

Probablemente conscientes de la dificultad que entraña hacer que el público conecte con personajes aquejados de un trastorno que los atrapa en su mundo interior sin ofrecerle una versión frívola de ese trastorno, los directores aquí optan por la solución más simple: pese a que 'Especiales' incluye algunos intérpretes autistas, y a que varios de quienes han participado en la producción tienen familiares que sufren la afección -el propio Toledano, por ejemplo-, la película pone el foco en los terapeutas encarnados por Vincent Cassel y Reda Kateb y reduce a los muchachos con los que trabajan a la condición de meras siluetas al fondo. 

En el proceso, Nakache y Toledano no evidencian verdadero interés por explorar los aspectos más perturbadores del autismo ni el sufrimiento que puede derivarse de él; en cambio, exhiben gran preocupación por evitar incomodar al espectador, y así lo evidencian tanto la estética edulcorada y casi publicitaria que favorecen como la falta de conflicto dramático -o, al menos, de todo aquel que no se resuelva de forma relativamente fácil o milagrosa-. Por lo demás, la película se muestra descentrada a nivel narrativo y estructural y proclive al trazo grueso de los personajes, especialmente de los malvados representantes de la administración. El resultado es una película tan ordinaria que su título funciona involuntariamente como una ironía.