ENTREVISTA

Jose Domingo: "Teníamos el complejo de que lo 'anglo' era universal"

El músico de Girona muestra en Sidecar su nuevo disco, 'Mientras Dios no mira', influido por los paisajes y tradiciones musicales de Mallorca, donde vive en la actualidad

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Jordi Bianciotto

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Jose Domingo, que dos décadas atrás encabezó el grupo gerundense Psychoine, desarrolla en solitario su rock con ingredientes psicodélicos e influencias del folclore, ahora desde Mallorca. Este jueves presenta ‘Mientras Dios no mira’ en Sidecar.

Vive en el pueblo del interior de la isla, Santa Eugènia, que da título a una de las canciones. Cambiar de lugar es un impulso y una inspiración. Este disco está influido por la vista que tengo desde casa y por el aire que respiro. La naturaleza no solo puede inspirarte sonidos acústicos; también electrónicos, con sintetizadores o secuenciadores. Se trata de que lo que compongas se adecue al paisaje que estás viendo.

El influjo andaluz y flamenco de sus dos discos anteriores ha remitido. Hay una evolución. Este tira más a la música progresiva, con referentes como Tangerine Dream y Vangelis, y el krautrock y los ritmos ‘motorik’, con baterías continuas que crean un efecto hipnótico. Y Bowie: cuando murió estuve repasando su obra, y supongo que se nota un poco. Por otra parte, el disco refleja un tipo de folclore que hay en Mallorca.

¿Qué tipo de folclore le ha interesado? Viene de antes, desde que hice ‘Temple d’aigua i llum’ (2013) con Isaac Ulam; un disco folclórico-psicodélico. Aquí me he acercado al canto más familiar, a esas glosas que se cantan en las fiestas y celebraciones, como las matanzas. Personas mayores que no son grandes cantantes pero que tienen mucho sentimiento. Esta comunicación es lo que más me atrae. Hay cantos con unos melismas que son muy árabes, o muy judíos.

En el título del álbum se sitúa lejos de Dios, pero admitiendo su existencia. Sí, es el juego, la provocación. No tiene mucho que ver con la religión; es una frase un poco dicotómica. Viene de la sensación de pasar de vivir en una ciudad como Girona a un lugar del centro de Mallorca en el que te dejas llevar. Se refiere a la sensación de libertad que he tenido haciendo el disco.

Lo que hace sigue siendo rock, aunque incorporando ingredientes autóctonos. Sí, un pop-rock con diferentes tintes, psicodélicos, folclóricos o progresivos. Creo que el artista debe estar en simbiosis con el lugar en el que vive, siendo sincero. Quizá teníamos un complejo, el de que lo ‘anglo’ era más universal. Dalí hablaba de ir de lo ‘ultralocal’ a lo universal. Es importante que un sueco pueda escuchar mis discos o los de Isaac Ulam o Lorena Álvarez y geolocalizarlos, igual que si oyes a un senegalés te evocará su país. En esto soy bastante radical: no entiendo a quien trata de ser Kurt Cobain desde el ‘carrer Nou’, o al ‘bluesman’ de Port de la Selva que toca lo más americano posible.

En su disco anterior, ‘Vertical’ (2016), participó el Niño de Elche, antes de su salto a la fama, y aquí cuenta con Maria Rodés. El Niño es un ‘supercantante’ y un artista muy importante que como provocador ha hecho también un buen trabajo. Y Maria es igualmente una cantante como la copa de un pino, con una sensualidad y una fragilidad. Yo tengo una voz que es todo lo contrario, muy alfa, y ese contrapunto diría que es casi sexual, a lo Gainsbourg. Su canción, ‘Sueño con fiestas’, no era fácil de cantar, y la borda.

Su tío era el ya desaparecido cantautor visionario Pep Laguarda, que grabó ‘Brossa d’ahir’ (1977), disco de culto, precisamente en Mallorca. ¿Quizá sigue sus huellas? Son cosas de la vida, sí. Mi tío estuvo en Mallorca con Pau Riba y Daevid Allen, de Soft Machine. Hay un paralelismo, pero me di cuenta de eso cuando llegué a la isla. No fui a Mallorca para investigar esa pista. La isla es un lugar paradisíaco al que acaba viniendo gente de todo el mundo, como Paco de Lucía, o la gente de aquella movida de Deià en los 70. Yo tan solo acabo de llegar. Lo que sí me influye es la vista: igual es la misma que veían ellos.

Acaba de publicar una canción nueva, ‘Me estoy elevando’, guitarrera y rockera. ¿Apunta a siguiente paso? Sí, el próximo disco será muy rockero, y con una estética más de cómic, más pop y de garaje. El concierto de Sidecar irá en esa línea, con la banda estable que integran Púter y Jordi Herrero, miembros de Satellites, y Mané Capilla, una leyenda de la isla, batería que había tocado con Sunflowers. Es la banda más rockera que he tenido.