CRÓNICA

Trío de ases para el 'Triple concerto' en el Auditori

La tercera cita del Festival Beethoven de la OBC incluyó además una obra de Mauricio Sotelo

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Pablo Meléndez-Haddad

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La tercera cita del Festival Beethoven de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) contó con una obra contemporánea en el programa inspirada en la 'Cuarta sinfonía' del genio de Bonn que se escucharía a continuación. Se trataba de la pieza de Mauricio Sotelo, 'L'angelo necessario', un encargo de La Monnaie-De Munt de Bruselas que en Barcelona vivía su estreno español. Se trata de un pequeño pero ambicioso concierto para clarinete y orquesta, muy exigente con el solista, que lo obliga a interpretar el instrumento de diversos modos, algo que el virtuoso Joan Enric Lluna supo defender sin mayores problemas, muy bien secundado por una OBC obediente y bien ensamblada a cargo de su titular, Kazushi Ono. La obra ofrece auténticas olas sonoras y posee una dramática expresividad que arranca después de un comienzo melódico para rápidamente ir caminando por propuestas nada fáciles de interpretar. El compositor presentó la obra y aprovechó para explicar su devoción por Beethoven, compositor por el que, confesó, estuvo "obsesionado" en su adolescencia. "Tenía un póster suyo en mi habitación. Imagínense lo que pensaba mi madre", comentó micrófono en mano.

Inmediatamente después se ofreció la 'Sinfonía núm. 4 en Si bemol, Op. 60' que inspiró a Sotelo. Ono, sin partitura (como lo hizo en la 'Séptima' el pasado fin de semana), aportó un buen enfoque general, con una lectura suficientemente contrastada y esta vez con mucha pulcritud ya desde el primer movimiento. Con un 'adagio' quizás algo precipitado, construyó, en todo caso, un 'scherzo' transparente y con acento divertido. En el 'finale' la cuerda superó las endemoniadas escalas para rematar un movimiento bien articulado y energético.

En la segunda parte se ofreció el espectacular 'Concierto para violín, violoncelo, piano y orquesta en Do mayor, Op. 56', popularmente conocido como 'Triple concerto', el único que Beethoven escribió para más de un instrumento solista. En la interpretación Ono capitaneó un magnífico trabajo de encaje, con un trío solista muy compenetrado conformado por un Guy Braunstein brillante al violí‎n, una virtuosa Alisa Weilerstein al chelo y el fantástico y expresivo Inon Barnatan al piano. La versión alcanzó en el segundo movimiento momentos de gran lirismo para avanzar hacia un tejido musical pleno de luz en el rondó final. En la inmensa sala del Auditori, quizás hubo un cierto desequilibrio sonoro en el trío solista, con el chelo como principal perjudicado.