CRÓNICA

Explosions in the Sky, el poder de las guitarras en la sala Barts

El grupo tejano de post-rock exhibió sutileza y poderío en un recorrido por su discografía con el que conmemoró su 20º aniversario

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Jordi Bianciotto

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La próxima vez que alguien diga que las guitarras eléctricas son un instrumento obsoleto, que lo lleven de la mano a un concierto de Explosions in the Sky: punteos cósmicos que no se los salta un galgo, espesas cortinas mutantes tejidas a ocho manos, armonías que mueven montañas. Noche de mástiles en alto, este lunes en la sala Barts, en la celebración del 20º aniversario de esta aventurera tropa tejana.

Músicos de ideas fijas que en su día hincaron el diente a la naturaleza instrumental del rock llevándola a un extremo en que el atropello físico encerrara un fondo emocional. Hablamos de la rama más invasiva y corpulenta del post-rock, la corriente vanguardista encabezada en los 90 por bandas como Tortoise, que sigue viva en los carriles subterráneos, si bien Explosions in the Sky, como Mogwai Godspeed You! Black Emperor, conservan un tirón popular que se plasmó en un llenazo en Barts.

Los colores del sonido

El cuarteto, convertido en quinteto cuando sale de gira, emprendió con ‘A song for our fathers’ (del primero de sus siete álbumes, ‘How strange, innocence’, 2000) su odisea hacia los confines del sonido, deslizando graves arpegios de guitarra sobre un zumbido parecido al de un ventilador industrial y enseñando luego los dientes en el ‘crescendo’ final. El contraste entre secuencias de calma tensa y los subidones catárticos, más cercanos al poshardcore que al ‘shoegazing’, son el talón de Aquiles de Explosions in the Sky, una fórmula de la que en ocasiones le cuesta despegarse, si bien las modulaciones son infinitas.

El grupo jugó con los graves, manejando dos bajos en ‘Greet death’, y se doctoró en esas dinámicas inquietantes en que la emotividad se presiente y se mantiene a raya entre redes de notas limpias. Puesta en escena de claroscuros, con la iluminación convertida en otro ingrediente expresivo, como lo fue la misma actitud de los músicos, cada uno de los cuales parecía librar una guerra con su instrumento. Tocaron hueso en el tránsito de ‘You hand in mine’, un ‘Colors in space’ en el que podíamos soñar con el ruido de los planetas gravitando, y la despedida de ‘The only moment we were alone’, con una potente luz violácea enmarcando las últimas y más atronadoras explosiones en el cielo.