Danza del vientre

Festival Egipto en Barcelona: más consenso que en la ONU

Munique Neith durante una de sus clases de danza del vientre.

Munique Neith durante una de sus clases de danza del vientre. / periodico

Abel Lacruz

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Munique Neith se toma muy en serio el dicho “Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la Montaña”, y organiza el Festival Egipto en Barcelona por décimo cuarto año consecutivo. Del 30 de enero al 2 de febrero, las personas interesadas en la danza del vientre y otras disciplinas afines podrán acercarse al Auditori AXA (Diagonal, 547), al Institut del Teatre (Plaza Margarita Xirgu s/n) y a la Academia de Danza Munique Neith (Aribau, 46) para admirar y aprender el milenario arte de ondular el vientre al son de la música. “Shakira y algunas telenovelas como ‘El Clon’ lo han popularizado en los últimos años, y la gente tiene ganas de conocer más la danza oriental”, señala Munique Neith, maestra de baile, coreógrafa e impulsora del festival.

“Estuve mucho tiempo viajando a los certámenes de danza de El Cairo con algunas alumnas de mi academia -explica Neith, directora de la escuela de danzas orientales barcelonesa que lleva su nombre-. Pero viendo que otras muchas, por trabajo u otras obligaciones, no podían acompañarme, decidí traer un trocito de Egipto y de sus maestros a Barcelona”. Así que la bailarina se puso manos a la obra y creó un evento que hoy día consigue reunir, entre participantes y público, a más de 1.500 personas de 50 nacionalidades, algunas tan dispares como Australia, China, Mozambique, México o Rusia.

"Habrá un jurado de prestigiosos maestros nacionales e internacionales", asegura la impulsora del festival

El festival no solo ofrece una muestra de bailes como la danza del vientre (sin duda, la especialidad del evento y en la que también participan hombres), el ‘Shaabi’ (folk), el ‘Khaligi’ (baile típico del golfo pérsico) o el ‘Muwahshahat’ (Andalusí),  sino también una oportunidad para quienes lo deseen de asistir a talleres con maestros de reconocido prestigio. En las dos galas, que se celebrarán el viernes 31 y el sábado 1 de febrero, ambas en el Auditorio AXA (Diagonal, 547), actúan algunas de las bailarinas más reconocidas hoy en día. El Institut del Teatre acogerá también clases de técnica de vientre, movimiento de caderas, destreza en ondulación, coreografías de pop oriental, e incluso habrá un bazar de ropa y complementos de baile.

Sin apoyo de las instituciones públicas

Sin apoyo de las instituciones públicasLa sección de competiciones es una de las más esperadas: “Decenas de participantes llegados de 50 países distintos concursarán para dar a conocer nuevos talentos -explica Munique Neith-. Las contendientes competirán con bailarinas de todo el mundo ante un jurado formado por maestros invitados de reconocimiento nacional e internacional”. Entre los miembros del jurado destacan el Doctor Mo Geddawi, egipcio de 81 años y toda una leyenda de la danza oriental; Randa Kamel, considerada la mejor bailarina de la actualidad en Egipto; y Mohamed Kazafy, director del ballet nacional egipcio ‘Reda Troupe’ y especialista en folclore del país de las pirámides.

"El mundo árabe sufre estereotipos que este festival ayuda a derribar", afirma Munique Neith

Poner el festival en marcha no fue nada fácil. Las inscripciones de los participantes y las entradas vendidas para los ‘shows’ y galas hacen posible la financiación del evento. Pero de apoyo institucional, nada: “Nunca hemos recibido ninguna subvención -asegura Neith, brasileña de raíces egipcias afincada en Barcelona desde hace 18 años-. Es una lástima porque también generamos negocio para la ciudad, movemos a más de 1.500 personas que se alojan, comen o compran en Barcelona. A pesar de haber presentado nuestro proyecto al Ayuntamiento y a la Generalitat, ni siquiera nos han contestado”.  

La ausencia de apoyo público por parte del Ayuntamiento o de la Generalitat, que tampoco informan del evento en sus agendas culturales, no ha minado el entusiasmo de Munique Neith ni el de sus participantes. 14 ediciones del festival así lo atestiguan, y una de las claves del éxito puede encontrarse en la interculturalidad del evento: “A causa del terrorismo, el mundo árabe sufre estereotipos que este festival ayuda a derribar. Esto parece la ONU, aquí nos reunimos 50 países con un mismo objetivo: fomentar la cultura. Y el público lo percibe”. Un consenso, el de <strong>Egipto en Barcelona</strong>, del que podrían tomar buena nota en Naciones Unidas. 

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