PATRIMONIO ARTÍSTICO

¿Por qué abroncó el Liceu al gran Carusso en 1904?

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Marta Cervera

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Poner en solfa los anales del Liceu es el objetivo del Gran Teatre para el 2022, cuando se celebren los 175 años de historia del coliseo. El proceso ya ha comenzado y toda la información artística referente a los últimos 20 años del Liceu está accesible en la web https://annals.liceubarcelona.cat/ presentada por Valentí Oviedo, director general del Liceu. A su lado estaba Jaume Tribó, el meticuloso apuntador, una enciclopedia viva del Liceu. Él es el alma de este ambicioso proyecto que ofrece mucho más que datos, también jugosas anécdotas. Con cerca de tres millones de registros de información estos anales permiten saber en qué óperas ha cantado tal o cual intérprete en el Liceu, cuántas funciones ha hecho y con qué reparto. "Nuestro objetivo es que sea un instrumento útil tanto para el público en general como para los estudiosos de la ópera", señaló Helena Escobar, responsable del Archivo del Liceu. Xavier Massotti, responsable del equipo informático, ha desarrollado un sistema para poder navegar y consultar de forma rápida e intuitiva por una base de datos que, de momento ya cuenta con 16.394 documentos y fotografías, información sobre 9.892 profesionales, 4.944 roles, 20.912 funciones y 722 obras.

"Soy un fetichista del Liceu", afirma Tribó, que gracias a su trabajo dentro del escenario pero invisible para el público ha ido recogiendo todo tipo de anécdotas que figuran en el apartado 'Anecdotario' de las funciones. Como aquella vez que presenció una increíble afectación y recuperación de la soprano Daniela Dessì, fallecida en el 2016. "Estaba cantando 'Aida' en el 2002 y veo que no llega al Do en 'O patria mia', dificilísima aria. Entonces, se agacha y tapándose la cara le dice: 'Me he roto el tobillo'. Enseguida avisé para que bajaran el telón y se paró la función", dice Tribó. Tras acudir a los servicios médicos al cabo de un largo parón reapareció en escena "cojeando pero creo que con la otra pierna y por megafonía avisan al público que la señora Dessì ha tenido un pinzamiento lumbar pero seguirá con la función". A partir de ahí todo fue viento en popa y al final el público se deshizo en aplausos. "La gente le tiraba flores y ella las iba mirando sin atrever a cogerlas. Pero a la segunda vez que salió a saludar, se agachó, cogió varias con una mano y las levantó". ¡Se había curado de golpe!

Fotos y programas de mano

La página web de los anales incluye también todos los programas de mano digitalizados y las fotografías. La idea es ir ampliando la base de datos por bloques en orden descendente hasta llegar a la inauguración de 1847. El próximo abarcará de 1994 a 1999, periodo de la última reconstrucción, y habrá seis bloques más que se irán volcando. El objetivo es que todo el material esté disponible en el 2022 coincidiendo con el 175 aniversario del Gran Teatre del Liceu.

Bronca a Carusso

En cada uno de los siete apartados restantes habrá jugosas anécdotas y curiosidades porque en el Liceu se ha visto de todo, confiesa Tribó, que ha indagado en la historia del teatro. Su trabajo ha servido, por ejemplo, para descubrir el porqué del abucheo al gran Carusso en Barcelona. "No es que el público no reconociera su enorme talento vocal", explica Tribó. "Pero no quiso hacer el bis de ‘La donna è mobile’, algo habitual en aquella época. De ahí la bronca. Pero al final , forzado, lo hizo". Ese ‘Rigoletto’, de Verdi, fue la única ópera que cantó Carusso en el Liceu en solo dos funciones, el 20 y el 25 de febrero de 1904.  

Hay que tener en cuenta que entonces hacer un bis era habitual. Y hablando de bises, Tribó asegura que el récord en el Liceu data de 1886 cuando Angelo Massini cantó seis veces ‘La donna è mobile’ precisamente. "Puede parecer una murga pero la gracia estaba en que cada vez hacía una cadencia distinta, la acababa diferente", apunta. 

‘Don Giovanni’ accidentado

Entre las anécdotas de los últimos 20 años figura una ocurrida el 9 de diciembre del 2002, cuando Véronique Gens no pudo acabar ‘Don Giovanni’ con puesta en escena de Calixto Bieito. "Se abrió la frente cuando iba a oscuras entre bambalinas", recuerda Tribó. "Tras pararse la función y anunciarse que no podía seguir actuando, la mezzo Heidi Brunner se levantó de su sitio entre el público y se ofreció a asumir el rol de Elvira con la partitura. Así se pudo acabar la función ese día".  

Aunque todavía no se ha colgado la información de los primeros años del Liceu, Tribó tiene un montón de curiosidades. Desde los espectáculos que acogió el teatro "con cosas sorprendentes como el bailarín de las tres piernas o el profesor que toca el violín y da saltos mortales sin equivocar ni una nota", hasta accidentes sufridos por cantantes en plena actuación. Por ejemplo, el de "una soprano que mientras cantaba la Gilda de ‘Rigoletto’ se le encendieron las mangas del vestido con las candelas". O un accidente no tan lejano que él presenció desde su escondite dentro de escena: “Eva Marton peleándose con Joan Pons en ‘Tosca’ tropezó y se le levantó la uña del dedo gordo. Yo no podía mirar aquello”, rememora. “Pero mira, aquel día hizo bis de ‘Vissi d’arte’”.

En su catálogo más reciente incluso ha apuntado que Angela Meade en la primera y segunda representación de ‘Aida’ este mes se le rompió el Do del ‘O patria mia’ “con la singularidad que después se lo pensó y fue capaz de atacar el Do en 'pianísimo', que es mucho más difícil ”. Aunque reconoce que hay “algunas cosas que no está bien explicar”: “La vida privada de cada uno es suya. Pero dentro de 50 años saldrá todo. Como el archivo de Poblet con Tarradellas, 'oi'?”.