Las mujeres directoras mandan en los Gaudí

Lucía Alemany, Neus Ballús y Belén Funes optan al Gaudí a la mejor dirección en la gala del domingo, con la única presencia masculina de Carlos Marques-Marcet

De izquierda Neus Ballús, Lucia Alemany, Carlos Marques-Marcet y Belén Funes

De izquierda Neus Ballús, Lucia Alemany, Carlos Marques-Marcet y Belén Funes / periodico

Juan Manuel Freire

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Este domingo se celebra en Barcelona la 12ª edición de los Premis Gaudí, y para calentar motores, la Acadèmia del Cinema Català quiso reunir a los cuatro nominados a la mejor dirección. ¿O deberíamos decir nominadas? Al fin y al cabo, ellas son mayoría: Lucía Alemany ('La innocència'), Neus Ballús ('El viatge de la Marta') y Belén Funes ('La hija de un ladrón'), tres mujeres contra un hombre, Carlos Marques-Marcet ('Els dies que vindran'). [Sigue los Premis Gaudí 2020 en directo.]

La representatividad importa, pero tendría menos peso de no darse, además, la calidad. Y tanto los críticos como los espectadores, pero sobre todo los críticos, se han puesto de acuerdo en loar las virtudes de estas cuatro películas, en las que la limitación de medios ha sido casi más una ayuda que un problema: para capturar una cierta clase de verdad, cuanto menos artificio, adorno y dinero, quizá mejor. Se podría recordar el ejemplo de los neorrealistas italianos, que con lo mínimo llegaron a lo máximo. "Nosotros la podríamos haber hecho más cómodamente, pero no sé si mejor", sentencia Funes. Conectando con esa idea, Alemany explica que el rodaje fue un poco "de guerrilla", pero es que "a veces ha de ser así".

Amor y desamor por la obra propia

El crítico Àlex Gorina, que ejerce de moderador del acto en la sede de la SGAE, pide a estos jóvenes directores que hagan una declaración de amor a su película. En algunas de ellas, las más divertidas, se cuelan  indicios de desamor. Como cuando Alemany le dijo a 'La innocència', su relato iniciático con fondo de fiestas mayores en Traiguera: "A partir de hoy, te aceptaré como eres y dejaré de pensar en lo que deberías haber sido o habrías podido ser". O como cuando Funes dic sobre 'La hija de un ladrón', su drama social sobre la paternidad: "No quiero verla más, quiero que haga su vida, que yo haga la mía… Y nos encontraremos en el futuro, cuando podamos ser amigos". A todos los directores, novatos o no, les pasa lo mismo: sobreanalizan sus proyectos hasta el punto de dejarles de ver cualquier gracia.

Pero los espectadores los han visto de otra manera, y el boca-oreja ha beneficiado a estas pequeñas historias en torno al peso de la familia ("un universo inagotable de inspiración y drama", dico Funes), estructuradas siempre en torno a personajes femeninos poderosos. "Tres de ellas son mujeres jóvenes –explica Ballús, en referencia a las heroínas de 'La innocència', 'El viatge de la Marta' y 'La hija de un ladrón'–. Ellas son las protagonistas y después hay satélites que forman una red de relaciones". Son películas, como dice Ballús, sobre "cómo se relacionan las mujeres con el mundo; ojalá, en el futuro, también veamos más películas sobre mujeres en el entorno profesional".

En el caso de 'La hija de un ladrón', la maternidad ya es un hecho comprobado, vivido, pero en 'Els dies que vindran' apenas pasamos del clímax del parto: toda la película es el preparativo para ese momento y los días venideros, algo que la pareja protagonista, Maria Rodríguez Soto y David Verdaguer, experimentaba a la vez en la vida real. Ellos y su pequeña Lupe son tan dueños del filme como Marques-Marcet, si no incluso algo más: "Sin María, en concreto, nunca habría existido su personaje y nunca habría hecho esta película", dice el director, quien por una vez ha pasado de ponerse a sí mismo en el relato. "Natalia Tena era mi alter ego en las anteriores ['10.000 KM' y 'Tierra firme']. Si esta película es un autorretrato, lo es tan solo en cuanto a la forma de entender el mundo".

La mejor parte de todo esto

Preguntados sobre cuál era la mejor parte de hacer una película, si imaginarla, rodarla o montarla, hay respuestas de todas clases. Funes se queda con el momento de escribir, "cuando la película es un misterio que compartes con el guionista". A Alemany y Ballús lo que les gusta es rodar. "Cuando estoy escribiendo, me angustio mucho de no verlo todo materializado", dice la primera. "A mí el rodaje me parece fascinante", afirma la directora de 'El viatge de la Marta', sobre las vacaciones de Navidad de una adolescente en África. "Mi reto era liderar un equipo de sesenta personas con senegaleses, catalanes, franceses, chilenos… En todos los departamentos había tres culturas mezcladas como mínimo". Marques-Marcet suele quedarse con el montaje, "donde se encuentra la última magia", pero le costará olvidar un rodaje "tan creativo".  

Tres temas candentes

En la ceremonia de los Gaudí saldrán, seguramente, temas políticos, sociales y culturales de toda clase; vivimos tiempos de particular tumulto, para bien y menos bien. ¿Cuál es la opinión de los cuatro cineastas sobre tres asuntos en concreto, empezando por la iniciativa Actua Cultura, que exige al Govern que el presupuesto destinado a cultura suba del 0'6 al 2%. "El presupuesto ha de aumentar", dice Ballús. "Es evidente que no impactamos en la sociedad como se debería y que las películas no viajan lo bastante bien. Eso es un problema de presupuesto". 

En cuanto a la cuestión de la paridad, los pequeños avances –la foto de los nominados a mejor dirección habla por sí sola– no deberían hacernos bajar la guardia. Falta, como dijo Marques-Marcet, "que haya cargos de poder reales, que haya paridad en todos los sentidos. ¿Quiénes son los jefes de las productoras?".

Tercer tema que quizá salga a la palestra: la libertad de expresión. Si volviera a haber censura, hay dos opciones, cree Funes: "Convertirte en Berlanga y burlarla, o, si no, pues irse". "Hay muchos que os vais", dijo Gorina, seguramente en relación al éxodo creativo hacia Madrid.

"Gaudí bien ganado"

Para no acabar en un punto quejicoso, se anima a las directoras a intercambiar declaraciones de amor. Funes lo tiene claro: "Gane quien gane, es un Gaudí bien ganado. Es que [todas estas películas] molan. Y eso no es algo que suceda tan habitualmente".