Ánimo, es (casi) imposible que la cultura empeore en Catalunya en el 2020

El 2020 comienza como transcurrió el 2019 y de hecho también la segunda mitad del 2018: con Rosalía hasta en la sopa. Tras cosechar un repóquer de premios Grammy Latinos en Las Vegas, la supernova de Sant Esteve Sesrovires está nominada en las categorías de Nueva Artista y Disco Latino de Rock, Urbano o Alternativo en los Grammy a secas, cuya gala se celebrará en Los Ángeles el 26 de enero. En la primera y más importante categoría tiene como rivales a dos pesos pesados de la nueva música pop: Billie Eilish (18 años recién cumplidos) y Lil Nas X (20 años). Suceda lo que suceda con Rosalía en los galardones musicales más importantes del planeta, lo cierto es que estos dejan constancia en su 62ª edición del cambio de era que vive la música popular moderna: no se recuerda tanta presencia femenina y tanta juventud en los aspirantes a los premios mayores. Y habrá más Rosalía: en los próximos meses se espera su tercer álbum.

También entra con carrerilla en el nuevo año Pedro Almodóvar. Su filme 'Dolor y gloria' no ha tenido suerte en los premios europeos (sí, en cambio, su protagonista, Antonio Banderas), pero le queda la esperanza americana. Dos esperanzas, para ser exactos: 'Dolor y gloria' es candidata a Película de Habla Extranjera en los Globos de Oro (5 de enero) y es uno de los 10 filmes preseleccionadas por la Academia de Hollywood para luchar por el Oscar en la misma categoría (9 de febrero). En ambos galardones compite, entre otros filmes, con 'Parásitos', de Bong Joon-ho, que le arrebató la Palma de Oro en Cannes.

Coldplay abrió la caja de los truenos el pasado noviembre al anunciar que no hará giras hasta dar con fórmulas que mitiguen el impacto climático de sus desplazamientos y 'shows'. Cara a la temporada de festivales musicales, prepárense, pues, para una avalancha de propaganda 'eco' por parte de las muestras. De hechos hablaremos más adelante (en el tiempo, no en el texto).

Lo más destacado que ha hecho el Govern de la Generalitat en materia cultural en años ha sido enfrentarse al coloso editorial Planeta. Los presupuestos están prorrogados desde el 2017 y solo el 0,65% se destina a cultura. Resultado: asfixia económica de las grandes instituciones culturales que dependen de la Generalitat, crisis severísima de la industria cinematográfica catalana (pese a lo cual dio en el 2019 una joya como 'La hija de un ladrón', el primer largometraje de Belén Funes, nominado a 13 premios Gaudí), planes de impulso del libro incumplidos, patrimonio perdido (al archivo Lafuente de Santander hay que ir para conocer el 'underground' barcelonés de los 70), iniciativas olvidadas (el Museo del Cómic de Badalona)... No es como para tener muchas esperanzas vista la idea de la cultura que tiene el Govern y su interés por ella, pero si logra aprobar presupuestos es imposible que no mejore algo. El inicio de la ampliación del MNAC depende de ello, por ejemplo.

El Ayuntamiento de Barcelona debería pronunciarse en breve sobre el proyecto de una sede del Museo del Hermitage en el puerto y avanzado el año se conocerá el proyecto elegido para ampliar el MACBA.

Y una buena noticia para terminar: en octubre del 2018 se celebró la primera Biennal de Pensament. Fue un exito que certificó que hay hambre de cultura en Barcelona; quizá el problema sea la cultura que se ofrece y cómo se ofrece. En otoño, tres hurras, nuevo festín de pensamiento.