CRÓNICA

Jarabe de Palo, hermandad contra el cáncer en Luz de Gas

Pau Donés reunió la gran familia de músicos que han pasado por el grupo en un concierto emotivo y enérgico a beneficio del Vall d'Hebron Instituto de Oncología

Pau Donés, en el concierto de Jarabe de Palo en Luz de Gas

Pau Donés, en el concierto de Jarabe de Palo en Luz de Gas / periodico

Jordi Bianciotto

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Jarabe de Palo estará en hibernación, pero su disposición a ponerse firme en el momento en que el líder dé la orden es total. “Cuando Pau Donés te dice que tienes que estar en un sitio, ahí hay que estar”, resumió Jordi Évole, presentador, este lunes, de los dos conciertos en Luz de Gas con los que Jarabe cerró filas por la lucha contra el cáncer, recaudando, como destacó el cantante, hasta “un cuarto de kilo”, 250.000 euros del ala, para el Vall d’Hebron Instituto de Oncología.

Pero, aunque el subtexto del combate contra el cáncer estaba ahí, no se trató tanto de exorcizar la enfermedad como de celebrar a Jarabe de Palo en toda su extensión y toda su humanidad, trayendo a escena, por primera vez, a 19 músicos vinculados a la banda a lo largo de su historia. El primero de ellos, el propio Pau Donés. “Yo estoy en el grupo porque compongo las canciones, si no me habrían echado hace tiempo”, bromeó tras entonar en solitario la dulce ‘Realidad o sueño’, en buena forma vocal tras un año de parón escénico, antes de dar paso Àlex Tenas, el batería fijo de todos estos años.

Noche de abrazos

Tenas y el bajista Jordi Vericat pusieron los cimientos de un Jarabe mutante que fue incorporando sabores a medida que iban entrando y saliendo ingredientes: el saxo sensual de Jimmy Jenks en ‘Dueño de mi silencio’, el violoncelo de Maria Roma perfilando con delicadeza ‘Me gusta cómo eres’ o el piano de Toni Saigi, ‘Chupi’, desviándose hacia el ‘tumbao’ en la improvisación latina que coronó ‘Agua’. Noche de abrazos, de buen humor y de afirmación de una familia de músicos, poniendo por una vez el foco en instrumentistas que generalmente quedan en zonas de sombra. 

Solo en un momento se refirió Donés a su pulso contra el cáncer, cuando nos habló de una canción que está “en proceso”, todavía sin título, y que habla de “la gente generosa” que descubrió “en los hospitales”. Homenaje a los profesionales de la sanidad, “ángeles” que “visten de blanco, no tienen alas, ni lazos, ni rizos dorados”, entonó leyendo la letra de una hoja de papel. Una pieza destinada “al próximo disco”, tras la cual Donés siguió acogiendo a sus correligionarios, como el ex-‘rebelde’ Jorge Rebenaque en ‘Mama’, y Quino Béjar, acentuando el pulso rock latino de ‘Pura sangre’. El talismán de Jarabe, ‘La flaca’, su éxito bautismal, de 1996, subrayó sus trazos más cubanos en un clímax que se estiró con ‘Grita’, con todos los músicos en escena en torno a la guitarra de Jordi Mena, poderosa escena final para escenificar la hermandad.