PUENTES ENTRE ORIENTE Y OCCIDENTE

Refugio y destrucción dialogan en un cómic

El premio Goncourt Mathias Énard y la dibujante libanesa Zeina Abirached publican 'Tomar refugio', donde vinculan la angustia de una refugiada siria con el inicio de la segunda guerra mundial

Viñeta de 'Tomar refugio'.

Viñeta de 'Tomar refugio'. / periodico

Anna Abella

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Mathias Énard (Niort, 1972), escritor francés que vive desde hace años con un pie en Barcelona, ganó el Premio Goncourt 2015 con ‘Brújula’, novela que tendía puentes entre Oriente y Occidente, idea que planea sobre toda su obra. La dibujante libanesa Zeina Abirached (Beirut, 1981), que lleva años afincada en Francia, hacía lo propio en ‘El piano oriental’, un cómic donde, además, establecía lazos entre el pasado y el presente. Ahora, ambos han unido sensibilidades y trasladado ese espíritu a las viñetas de ‘Tomar refugio’ (Salamandra Graphic), donde la autora vuelve a desplegar su rotundo estilo gráfico en blanco y negro, repleto de sonoridad y musicalidad visual, en dos historias de amores complicados en tiempos convulsos, de refugiados y guerras, de dolor, angustia, soledad y tolerancia, de destrucción y reconstrucción.

‘Tomar refugio’ “establece un diálogo entre dos historias alejadas en el tiempo que en principio no tienen nada que ver pero son un toque de alerta sobre la actualidad”, explica Énard, enlazando "los refugiados sirios con la autodestrucción del mundo durante la segunda guerra mundial". Una historia transcurre en el Berlín actual, al que una astrónoma e ingeniera siria, Neyla, llega desde Alepo huyendo de la guerra, cargando con sus pesadillas y sin noticias de su familia, y conoce a un arquitecto alemán.

Otra, en el Afganistán de 1939, donde en el yacimiento de los budas de Bamiyán, que los talibanes destruyeron en el 2001, se evoca un amor lésbico que implicó a dos escritoras y aventureras reales, Annemarie Schwarzenbach y Ella Maillart, y al matrimonio de arqueólogos Ria y Joseph Hackin. “Estos personajes han dejado atrás una Europa a punto de entrar en un momento de máxima violencia y desde Oriente saben del estallido de la segunda guerra mundial. Y la historia de Neyla es lo contrario, la guerra está en Siria y llega a un Berlín que hace 70 años estaba en ruinas por la guerra y hoy es símbolo de la reconstrucción y recuerdo de la tristeza y la destrucción, y por eso significa una esperanza para Alepo, que puede volver a ser un día una gran ciudad. Aunque el comportamiento del ser humano no deja demasiado espacio para el optimismo”, lamenta Énard, que ha sido crítico de cómic para ‘Le Monde’ y ha firmado el guion de ‘Todo será olvidado’ (no publicado en España) con el dibujante Pierre Marquès, sobre la memoria de la guerra de los Balcanes.

El escritor le propuso a Abirached en el 2015 la idea de ‘Tomar refugio’ fascinado por esa escena real de 1939 ante los budas de Bamiyán, en que son conscientes de la urgencia de combatir el nazismo. “Es un momento clave: después el mundo ya no será nunca el mismo. Y ellas no lo saben, pero sus vidas están a punto de acabar. Los arqueólogos morirán en 1941 cuando un submarino alemán hunda su barco y Annemarie, en 1942, en un accidente. Solo sobrevive Maillart”.

Para ambos autores, este cómic ofrece la imagen budista “del refugio que todos necesitamos tener ante el sufrimiento, la muerte, la vida”, señala Énard, que vivió dos años en la capital alemana, donde junto con su mujer, ayudó a familias de refugiados sirios. “Lo han dejado todo atrás, saben que su país está totalmente destrozado y que puede que nunca vuelvan”, añade. “Es importante no ver a los refugiados o los inmigrantes como una masa sino como personas con una vida, un oficio... -recalca-. Neyla representa a cualquier refugiado que llega a un país distinto del suyo, donde tiene dificultades de adaptación, por la lengua, la cultura... todo es complicado. Nos recuerda que un día podemos estar en su lugar”.