EN EL TEATRE AKADÈMIA

Molière, como pez en el agua en la era del postureo

Els Pirates adaptan la farsa del siglo XVII 'El burgès gentilhome' con guiños a la actualidad

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Marta Cervera

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Els Pirates estrenan este miércoles 'La mascarada', una versión actualizada de la farsa de Molière 'El burgès gentilhome', comedia-ballet de 1670. El Teatre Akadèmia acoge hasta después de fiestas este montaje que pone de relieve las ansias de notoriedad del ser humano, algo que no ha cambiado tanto como demuestra esta adaptación. La obra se presenta fragmentada, con una estructura más ágil y muchos guiños a nuestra sociedad actual. Eso sí, la producción está servida con el máximo respeto al texto original de Molière y a la música barroca que Jean-Baptiste Lully compuso para la obra. "Se habla mucho de la moda en la obra y de esas ganas de querer ser alguien y de ser moderno, algo que ocurre en todas las épocas", indican los miembros de la compañía. "Hoy, como entonces, nos dejamos llevar por las apariencias. Las máscaras están a la orden del día. Basta fijarse en las redes sociales y el culto al 'selfie'". 

Els Pirates parten de una nueva traducción que bebe tanto del original en francés como de la que en su día hizo Josep Carner. "Intentamos conservar la belleza del texto original", dice Ricard Farré, que ya triunfó con otro Molière, 'Les dones sàbies', junto a Enric Cambray. En esta nueva producción el actor encarna al señor Jourdain, un rico burgués que aspira a convertirse en noble para tener mayor reconocimiento social. A diferencia de aquel aclamado montaje, esta vez cuenta con más intérpretes para repartirse todos personajes de la obra. Incluso el director de la compañía, Adrià Aubert, y la coreógrafa, Anna Romaní aparecen en ella por necesidades del guion junto a Laura Aubert, Ariadna Cabiró y Laura Pau. La mayoría hace más de un personaje y ellos mismos tocan los instrumentos musicales: clave, flauta de pico, viola y violín.  

Elementos disonantes

"Es una obra de época llena de anacronismos donde aparecen elementos disonantes", apunta el director. Por ejemplo, alusiones a la comida sana o a los 'influencers'. Aunque el original duraba cuatro horas Els Pirates ha condensado la pieza en una hora y media. "Utilizamos antiguos recursos del teatro muy usados hoy en las series como los apartes y los 'flashbacks' para acercar la obra al público", dice el director. La comedia de Molière consta de dos tramas centrales. Por una parte, la historia de un potentado que quiere mayor reconocimiento social. Por otra, los planes de matrimonio de su hija, que no encajan con aquello que su padre pretende.  

La escenografía eficaz y sencilla que utiliza plafones móviles para permitir rápidos cambios de escena conjuga en colores con un vestuario con elementos de época y actuales en esta producción, la segunda de Els Pirates de esta obra. La primera la montaron hace muchos años, en los orígenes de este inquieto grupo formado por estudiantes que se conocieron en la coral de los Lluïsos de Gràcia y en la escuela de música L'Arc, posteriormente integrada en la escuela municipal de Can Ponsic. A diferencia de aquella, de la que solo se hicieron tres funciones en tres sitios distintos -Luz de Gas, el Conservatori del Bruc y Corbera de Llobregat- esta producción estará un mes en cartel.