CRÍTICA DE CINE

Crítica de 'Los dos Papas': ¡vaya par de pontífices!

Pese a lo que su premisa pueda sugerir, este filme sobre Benedicto y Francisco prefiere ser una comedieta de contrastes puntualmente efectiva que ahondar con cierta intención en la institución eclesiástica

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Los dos papas'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Los dos papas'. / periodico

Nando Salvà

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Hace seis años, la decisión de Benedicto XVI de abdicar,y convertirse así en el primer ex-Papa vivo desde el siglo XV, dejó a los católicos de todo el mundo más o menos igual de boquiabiertos que la posterior elección como su sucesor del Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, actualmente conocido como Francisco; ambos hombres, después de todo, eran completamente opuestos tanto en el ámbito filosófico como en el temperamental. Y es precisamente esa disparidad la inspiración central la nueva película de Fernando Meirelles, que recrea varias reuniones privadas que ambos próceres tal vez mantuvieron antes de que el uno cediera el sumo pontificio al otro y que, como el trabajo previo del guionista Anthony McCarten -La teoría del todo (2014), El instante más oscuro (2017), Bohemian rhapsody (2018)-, es una ficción superficial y formularia únicamente destacable por el trabajo interpretativo de sus actores.

Pese a lo que su premisa pueda sugerir, 'Los dos Papas' prefiere ser una comedieta de contrastes puntualmente efectiva que ahondar con cierta intención en la institución eclesiástica. A lo largo de su metraje contemplamos cómo los protagonistas discuten, y cómo en el proceso revelansus respectivas pasiones; Benedicto XVI es fan de Rex, un policía diferente y bebe Fanta Naranja; Francisco es más de fútbol, vino y pizza. Desde el principio queda claro que, llegado el momento, ambos habrán olvidado sus diferencias y serán capaces de sentarse juntos a ver la tele y quién sabe si hasta de bailar pegados un tango. Lo que sucede mientras tanto resulta problemático no tanto porque ninguna de las conversaciones que comparten resulta mínimamente creíble ni porque, decimos, Meirelles no las usa para reflexionar como Dios manda -perdón- sobre los retos que afronta la Iglesia; tampoco por todos esos 'flashbacks' que parecen pertenecer a una película distinta.

No, el gran problema de 'Los dos Papas' es el descaro con el que trata de funcionar a modo de lavado de cara. Meirelles no solo da a Francisco la oportunidad de obtener el perdón por la complicada relación que mantuvo con la dictadura militar argentina, sino que se mantiene en silencio acerca de los vínculos juveniles que Ratzinger mantuvo con el nazismo y solo pasa de puntillas por el silencio que mantuvo respecto de los abusos sexuales. Y mientras permite que los dos papas se sientan exculpados, en el proceso también blanquea al Vaticano y la Iglesia Católica en su conjunto a ojos del espectador, intentando hacerle creer que todos los pecados de la institución son cosa del pasado.