CRÍTICA DE CINE

'El traidor': entre lo tópico y lo insondable

El filme de Marco Bellocchio sobre Tommaso Buscetta deja de ser un pétro drama gansteril para convertirse en una sátira sobre el circense sistema judicial italiano

Estrenos de la semana. Tráiler de 'El traidor'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'El traidor'. / periodico

Nando Salvà

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Mientras recorre los 20 últimos años de vida de Tommaso Buscetta, el primer miembro de alto rango de la Cosa Nostra que violó el código de silencio u 'omertà' y destapó los mecanismos internos de la organización –lo que desembocó en el encarcelamiento de cientos de sus colegas mafiosos–, la nueva película de Marco Bellocchio resulta a la vez previsible e impenetrable. Por un lado, contiene escenas y situaciones que recuerdan sucesivamente a títulos como 'El padrino', 'Narcos' y 'Gomorra'; por otro, pese a la retahíla de nombres y fechas y diálogos sobreexplicativos que ofrece resulta difícil dar sentido atodos los personajes secundarios, relaciones de poder y líneas temporales que se acumulan en pantalla. Y en cualquier caso, pese a que su atención a los detalles otorga a la película una convincente autenticidad, en realidad Bellocchio no nos cuenta gran cosa sobre los secretos de la Mafia.

'El traidor', es cierto, avanza a buen ritmo y completa en el proceso una resultona metamorfosis, dejando gradualmente de ser un pétro drama gansteril para convertirse en una sátira sobre el circense sistema judicial italiano. Entretanto, el actor Pierfrancesco Favino derrocha poder de convicciónen la piel de un personaje que se mueve guiado por férreos principios pero que aun así acaba vendiendo a sus camaradas, y por tanto encarna una ironía a la que la película no llega a sacar jugo. Bellocchio no penetra en su psicología, ni le otorga el tipo de arco dramático propio de las historias criminales realmente épicas.