Crítica de 'Midway': guerra en el Pacífico con más músculo que drama

El director alemán Roland Emmerich insufla renovada vida a aquella hazaña bélica de la segunda guerra mundial entre americanos y japoneses

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Midway'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Midway'. / periodico

Quim Casas

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Llevada al cine en 1942 en formato documental por John Ford, y en 1976 en un filme de ficción con un reparto plagado de viejas estrellas (Henry Fonda, Glenn Ford, Charlton Heston, Robert Mitchum), la batalla de Midway fue una de las victorias estratégicas del mando estadounidense en la denominada guerra del Pacífico, durante la segunda contienda mundial. Roland Emmerich le insufla ahora renovada vida a aquella hazaña bélica mezclando a la vez otros episodios capitales de la guerra: está el ataque a la base de Pearl Harbor a lo Michael Bay y la posterior represalia aérea estadounidense sobre la capital japonesa, ya reconstruida en 'Treinta segundos sobre Tokio', filme de 1944. Por volver al pasado cinematográfico, hasta el plano del general Yamamoto diciendo que han despertado a un gigante tras el ataque a Pearl Harbor es idéntico al de la misma situación en 'Tora! Tora! Tora!' (1968), el primer filme sobre el conflicto realizado entre estadounidenses y japoneses.

Las aportaciones de Emmerich son mínimas, siendo un filme con más músculo que drama. Podría destacarse, en el informe sumarial sobre aquel episodio bélico que es Midway, la secuencia de Pearl Harbor, convertida en dantescas imágenes de barcos de guerra en llamas, o los pasajes en el departamento de criptografía, formado por músicos de clásica o jazz que tienen mejor oído que nadie para descifrar los códigos y mensajes cifrados japoneses.