DEBUT

Carla Rovira, primera artista residente del renovado Lliure

La creadora estrena 'Posaré el cor en una safata', obra que contrapone formas distintas de enfrentarse a la muerte

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Marta Cervera

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Carla Rovira (Barcelona, 1982) quería ser directora del Lliure. Tras ganar el concurso el proyecto presentado por Juan Carlos Martel hace menos de un año, los cambios en la casa han jugado a su favor y al de creadores de su generación que están más cerca de los 40 que de los 30. Este jueves estrena 'Posaré el meu cor en una safata' en la sala Fabià Puigserver'Posaré el meu cor en una safata' , reconvertida en un espacio para 218 espectadores. Es la primera artista residente en la nueva etapa del teatro público barcelonés, fórmula que permite a creadores de nuevas generaciones desarrollar su proyecto con todas las posibilidades del Lliure a su disposición. Es también la primera producción propia del teatro esta temporada.  

A diferencia de sus anteriores obras programadas en el Lliure -'Aüc', creada con Les Impuxibles, y 'Màtria'- ha contado con todas las posibilidades del Lliure para desarrollar el proyecto. "Al principio me agobié", reconoce. "Era como si tuviera que demostrar algo pues en las redes sociales no paraban de hablar de la responsabilidad que suponía entrar en el Lliure por la puerta grande", admite Rovira, actriz, dramaturga, directora y educadora, feminista declarada. "Y yo he sido muy crítica con cómo se han hecho las cosas en esta casa", recuerda. Tanto, que hasta presentó su propio proyecto para cambiarla. ¿Se atrevería ahora con el Teatre Nacional de Catalunya (TNC), que en enero presentará el concurso para buscar sustituto a Xavier Albertí? "Al TNC le conviene una buena sacudida. Existe una idea inamovible sobre cómo ha de ser el TNC. Convendría romperla y reconvertirlo en otra cosa".

Ideas e intuición

Sus obras no parten de un texto, sino "de unas ideas y una intuición". En este caso le interesaba hablar de la muerte, tema recurrente este otoño. Angélica Liddell y Àlex Rigola ya lo trataron en Temporada Alta y casi toda la programación de La Beckett se articula en torno a ella.

'Posaré el meu cor en una safata' parte de una base documental pero escénicamente es "una pieza narrativa y poética", afirma la directora. Su intención es que el público atraviese por diferentes estados, provocar "momentos para reír, para llorar, pero también para indignarse". 

Rovira muestra dos maneras opuestas de enfrentarse al final de la vida, una de aceptación de la muerte, otra de negación. "Intento cambiar el relato de lo que significa morir, mostrar que los procesos de acompañamiento no son tan terribles", declara Rovira, que ha basado la pieza en tres personajes principales que interpretan Ramon Bonvehí, Marc Domingo y Laura Blanch. El reparto se completa con Marta Aran, Erol Ileri y la propia Rovira. "Yo hago de relleno, aunque también me encargo de introducir y cerrar la pieza". 

Realidad y ficción

La puesta en escena juega con diversos códigos y saca partido de la capacidad técnica del Lliure. Mezcla realidad y ficción, utiliza proyecciones y promete alguna sorpresa musical. En la dramaturgia se han utilizado tanto datos facilitados por especialistas en medicina y otros sectores como las opiniones y experiencias de los propios intérpretes ya que una actriz oficia entierros laicos y otro actor trabaja en un 'escape room' donde puedes vivir tu propio funeral. 

Mientras Rovira ocupe la zona destinada a la platea de la sala de mayor capacidad del Lliure, en el escenario, a partir de 11 de diciembre, Mos Maiorum presentará 'Turba', un 'work-in-progress' sobre los mecanismos de movilización de masas a partir del día 11, con entrada gratuita. También será su debut en el Lliure como compañía residente.