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La Casa Elizalde ofrece tres originales montajes en el ciclo Improbables

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Eduardo de Vicente

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La creación escénica admite múltiples variantes y géneros ya que el teatro no solo consiste en unos personajes recitando un texto. Por eso hay compañías que dan un paso al frente, arriesgan y prueban montajes más experimentales que sorprenden y acaban cautivando al espectador. Una buena muestra de este tipo de espectáculos es el ciclo Improbables que se inicia hoy y podrá verse en el Centre Cultural Casa Elizalde hasta el próximo 19 de diciembre. Esta sexta edición consta de tres piezas que hablan de la belleza, el capitalismo, la resistencia o el miedo como forma de poder utilizando el texto, la acción artística o la performance para salirse del camino marcado.

Una experiencia muy íntima

El certamen se inicia esta noche con 360 grams de Ada Vilaró360 grams (20 h.), un montaje multidisciplinar y poético que fusiona palabra, cuerpo y danza. En el mismo, la artista en solitario comparte con el público una experiencia muy íntima y lo conmueve. Solo tiene un pecho pero defiende que, por ello, su cuerpo no deja de ser hermoso. Cuenta Vilaró que “cuando la vida te parte en dos se despliega ante ti la oportunidad de atravesar el dolor y redescubrir el misterio de la belleza. Es una belleza política que combate la superficialidad y desafía los estereotipos. Me transforma y te transforma. Una belleza que es lo que es con su diferencia. Una verdad que abraza y quiere la vida”.

El proyecto nace de una experiencia personal, muy íntima y frágil que, por primera vez, se atreverá a compartir con el público. Un montaje arriesgado, valiente, sincero y muy revelador que también podrá verse mañana en la Casa Elizalde pero resulta especialmente interesante la función de hoy ya que, tras la representación, habrá un coloquio con la autora, que conversará con la periodista cultural Montse Virgili, realizadora del programa Les dones i els dies, de Catalunya Ràdio.

Un paseo revolucionario

La segunda obra escogida es Saunterer, que podrá verse el jueves 12 y el viernes 13, a las 19 horas y el sábado 14, a las 12. Es una performance itinerante y multidisciplinar creada e interpretada por Marc Rodrigo que combina también teatro callejero, humor, poesía, filosofía y política. Está dividida en cinco partes cada una de las cuales está basada en un concepto: anomalía, movilización global, sabotaje, alianza y tierra de nadie. El proyecto parte de la experiencia de caminar del creador y los textos del filósofo Santiago López Petit y los Pressentiments, del grupo de pensadores críticos Espai en Blanc.

El término “sauntering” puede traducirse como deambular y, etimológicamente, proviene de la Edad Media cuando se pedía limosna con la excusa de ir a Tierra Santa y de ahí se llegó a esta palabra. El montaje pretende plantearnos si somos capaces de vivir nuestra vida a otra velocidad, actuar de otra manera, escapar de nuestras vidas privadas, salir de este mundo donde la realidad se confunde con el capitalismo. Plantea la experiencia de caminar como un posible acto de resistencia, una forma de interrumpir el ritmo cotidiano y abrir agujeros para poder respirar.

¿Para qué queremos el dinero?

El ciclo se cerrará el jueves 19 a las 19 horas con una experiencia sorprendente, Money for free. En la misma, el artista noruego John Fisherman, ataviado como un pescador con su chubasquero amarillo y su imprescindible caña, repartirá dinero gratuitamente por el patio del edificio. Aparece por sorpresa en los rincones más inesperados acompañado por sus regidores que dan voz al público y le hacen preguntas sobre si necesita realmente ese billete, en qué lo utilizará o si lo piensa compartir. Fue el montaje ganador del premio de la crítica 2018 al mejor espectáculo callejero.

Pretende hacernos reflexionar sobre al culto al dinero en nuestra sociedad, es un proyecto de investigación sobre la manipulación, la posverdad y la defensa del activismo frente a la pasividad. Es una provocación y una alteración del orden público disfrazada de juego para descubrir nuestra relación con el dinero y hasta qué punto somos conscientes de nuestra capacidad para tomar decisiones conjuntamente. Un fin de fiesta original, divertido, pero también reflexivo para cerrar un festival distinto a todos.