QUÉ HACER HOY EN BARCELONA

Un paseo de una hora por la historia de la ciudad a través de cien objetos

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Eduardo de Vicente

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¿Se puede resumir la historia de la ciudad en tan solo un centenar de objetos? A esta titánica tarea, casi una misión imposible, se ha dedicado el MUHBA (Museu d’Història de Barcelona). Podríamos aplicar el viejo refrán de que "no están todos los que son pero sí que son todos los que están". Es un divertido viaje por la memoria a través de cinco espacios, cada uno con paredes pintadas de distintos colores y con un sinfín de elementos curiosos que harán las delicias de los visitantes, sobre todo si vivieron esa época.

De Ramon Casas a La Salseta

Una pequeña salita nos hace de prólogo incitándonos a traspasar el espejo, como la Alicia de Lewis Carroll y sentir los latidos de Barcelona representados por medio de una serie de imágenes sobre las luchas sociales en la ciudad, el feminismo, la guerra o sencillamente imágenes cotidianas. La primera sala, en fondo negro, nos invita a Escuchar los testimonios de una serie de objetos entre los que encontraremos la Venus de Barcelona, una talla barroca, una escultura en forma de busto de mujer, una pistola de las peleas en el Raval, el cartel de La Salseta del Poble Sec (¡éste sí que nos suena!), un cartel de una bailarina exótica, un auca de Ramón Casas, una máquina de escribir Hispano-Olivetti (¡cuánto la echamos de menos!, una sopera, una máquina devanadora de Fabra i Coats o un teléfono de monedas.

Ahora que las cabinas han desaparecido también nos provoca una cierta nostalgia, como el neón que preside este espacio, el de la popular tienda Vinçon que cerró sus puertas en el 2015. Todos ellos van unidos a una frase en la que los objetos se autodefinen. Este rincón se completa con una serie de documentos como un permiso de construcción, una revista (Cau) de análisis urbano, un panfleto clandestino de los obreros de la fábrica Pegaso o una placa de piedra que data del siglo II.

Preguntas y respuestas sobre la ciudad

El segundo apartado, con las paredes de amarillo, pretende Construir relatos sobre diversos momentos formulando preguntas (¿cuándo nace Barcelona?, ¿cómo vivían las élites? ¿por qué se debía reforzar la muralla? ¿cuánto poder tenían los obispos?, etcétera). Las respuestas las tienen los objetos y las contestan por medio de un bocadillo similar a los de los cómics. Aquí podemos ver retratos o conjuntos funerarios, ánforas, pinturas murales, una cabeza de león, un fragmento de un sarcófago o monedas antiguas. También se proyecta un mapa sobre los cambios históricos de la ciudad y hay una carta histórica que podemos manipular para conocer su evolución desde el año 150 antes de Cristo hasta el 2010.

La otra parte de esta sección se ocupa también de aclarar diversos temas históricos antiguos como la presencia de la iglesia, el autogobierno concedido a la ciudad por el rey en el siglo XII, el barrio judío, la economía, los gremios, boticarios, conventos o monumentos. Pero nuestra mirada se fija otra vez en los sorprendentes objetos: el sello de Jaume I, placas o lápidas conmemorativas, vasijas, un tarro de farmacia, una cajita con un retrato de Carlos de Austria, un cuadro sobre un descanso en el mercado del Born, unos proyectiles de artillería o las llaves del calabozo de Sant Joan de la Ciutadella.

Los objetos que más recordamos

Seguimos aún en el apartado de Construir relatos pero ahora los fondos son de color rojo y presentan elementos que nos suenan o nos resultan más cercanos ya que se centran en los siglos XIX y XX: el plano de la reforma de la ciudad a partir del plan Cerdà, un farol modernista, un cartel sobre la inauguración de los primeros grandes almacenes (El Siglo), un reloj representando la conquista de la jornada laboral de 8 horas, un cartel de la Exposición Universal de 1929, un trozo de un muro de un refugio antiaéreo o una cartilla de racionamiento. Sigue avanzando en el tiempo con una maleta de un emigrante, un proyector de cine, un frontal de un 600 (para representar la llegada de Seat a Barcelona), un televisor símbolo de la sociedad del consumo, unos cómics contraculturales y antifranquistas, las reivindicaciones (como un cartel del 11 de setembre) o dos recuerdos de los Juegos Olímpicos del 92: una figura de la mascota Cobi y la original antorcha olímpica que se paseó por Catalunya.

Calles, plazas y panorámicas

El tercer apartado (con las paredes de azul) está dedicado a Recorrer el Barcelonés. Para empezar se puede contemplar un documental sobre la evolución de las arquitecturas urbanas que ofrece siete miradas desde el tiempo de los romanos a la edad contemporánea pasando por Gaudí, por supuesto. Unas cartografías muestran cómo ha ido cambiando la expansión urbana, la estructura social, el crecimiento y la inmigración y, a continuación podemos ver Paisajes de la ciudad divididos en distintos bloques (ejes, confluencias, límites, referencias o panorámicas). Es una serie de fotografías sobre calles o plazas de Barcelona como Sant Jaume, la Catedral, la plaza de España, la Meridiana o distintos miradores.

El cuarto espacio está destinado a descubrir cómo se conecta Barcelona con las otras ciudades de Europa. Podemos participar en un tour interactivo por el continente a través de cuatro grandes temas (estructura, transporte, sociedad o poder) en cuatro etapas diferentes. Poco más allá se nos explica la historia del edificio histórico que alberga esta muestra (la casa Padellàs), sus plantas y su distribución.

Descubriendo un reloj mítico

La visita aún no ha terminado porque aún hay una atractiva propina: Leer patrimonios, que habla de esta casa y sus alrededores (la deconstrucción de paisajes, la muralla, la via Laietana y la plaza) y también nos invitan a salir al exterior y pasear por su balcón hasta llegar al Reloj de los Flamencos, conocido como “el gran reloj de Barcelona”, de más de cuatro metros de altura y un peso de cinco toneladas. Todo un símbolo para finalizar este viaje por el tiempo para el que no hemos necesitado ni una máquina ni un DeLorean, simplemente gastar una hora de nuestra vida, pero muy bien empleada.