CRÍTICA DE CINE

'Los miserables': en la periferia violenta de París

En su afán de tesis, este nuevo filme de violencia en la periferia francesa se acerca demasiado al cine de Ken Loach y la mezcla entre ambas cosas no casa bien

La película 'Los Miserables', estreno de la semana

periodico

Quim Casas

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La acción se desarrolla en Montfermeil, el suburbio de París en el que Victor Hugo ambientó ‘Los miserables’. Ladj Ly se sirve en cierta forma del espíritu, del estado de ánimo de aquella novela decimonónica, para relatar otra historia de tensiones y relaciones baqueteadas por el odio o la diferencia cultural un siglo y medio después de aquella.

Ly sabe de lo que habla ya que continúa viviendo en este barrio conflictivo en el que deben convivir, según credos distintos, blancos, negros y musulmanes, adolescentes sin futuro, líderes islámicos y policías fatigados, delincuentes gitanos y un alcalde de raza negro cuyo séquito parece cualquier cosa menos los asistentes al pleno en la alcaldía.

Todo estalla a causa de un dron. O gracias a un dron, el que maneja un joven introvertido y mediante el cual graba, por azar, la torpeza de un policía que está a punto de costarle la vida a otro joven. Y a partir de aquí, la caza y captura del chico para que esas imágenes ayuden a salvar el débil ecosistema del barrio o, por el contrario, lo haga estallar en pedazos en un caos callejero más urgente que el retratado en la reciente ‘Joker’.

Por estilo, el trabajo de Ly se sitúa cerca del Mathieu Kassovitz de ‘El odio’, otro filme francés de violencia periférica, de retrato acre de una banlieu parisina, y es heredero de los postulados audiovisuales del grupo activista al que pertenecía, Kourtrajme. Pero a veces, en su afán de tesis, se acerca demasiado al cine de Ken Loach, y la mezcla entre ambas cosas no casa bien.