ESTRENOS

La danza con espíritu LGTBI toma el Temporada Alta

Marta Carrasco estrena 'Jo dona. Homenatge a Lili Elbe' e Israel Galván se transforma en mujer para bailar 'El amor brujo'

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Marta Cervera

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Si algo caracteriza la carrera de Marta Carrasco es su valentía. Cuando cree en algo se implica hasta sacar adelante cualquier proyecto por difícil que sea. Tras triunfar con su último espectáculo, 'Perra de nadie', regresa a escena con 'Jo dona. Homenatge a Lili Elbe', un montaje donde actúa con Albert Hurtado, a quien conoció como profesor de zumba y ha transformado en intérprete a sus 40 años. Este viernes se estrena en el festival Temporada Alta, en el Teatre de Salt. 

Él encarna a ese hombre que nunca se sintió como tal y que en la convulsa década de 1930 se atrevió a pasar por el quirófano para cambiar de sexo. Lili Elbe tuvo que enfrentarse a muchas dificultades. "Fue una persona perseguida por la sociedad, le diagnosticaron esquizofrenia, perversión y hasta demencia", recuerda Carrasco. Utiliza su historia para remover al público, para romper una lanza en favor de la libertad. "¿Para qué hacemos teatro si no es para que el mundo sea un poco más abierto y mejor?"

Carrasco interpreta a "ese espíritu, a veces maternal, que acompaña a Lili Elbe, que hace Albert". Él debuta profesionalmente en el mundo del espectáculo con esta propuesta. "No viene del mundo de la danza ni del teatro, sino del 'fitness'. Se lo he enseñado todo. Le cogió un patatús cuando le dije que él sería Lili Elbe hace más de un año".  Pero aceptó el reto y se zambulló de lleno en el complejo mundo del espectáculo. "El mundo es de los valientes y para mí Albert Hurtado es Lili Elbe. Además es un miembro del colectivo LGTBI, aunque esto no es lo importante". Lo ha sido en cambio su capacidad para aprender a expresar sensaciones con el cuerpo. "Lo más difícil para él ha sido abrirse, entregarse del todo. Pero hemos trabajado muy duro y su implicación ha sido total". 

Hurtado siente haber descubierto otra dimensión. "Marta me dijo: no pienses, hazlo. Y para mí, que bailo desde los 15 años, subir a escena ha sido un reto brutal". Además, el mensaje de la obra le interesa. "Hay que dar voz al colectivo LGTBI. No puede ser que en Barcelona los transgénero, gais y lesbianas reciban palizas", denuncia. Lo que realmente pesa es la conexión entre ambos intérpretes, la fe del uno en el otro. Sobre todo por parte de él que ha tenido que lanzarse y confiar en el instinto y 'savoir faire' de Carrasco, Premi Nacional de Dansa que ha ejercido como maestra. 

La música explica también la historia y sentimientos del personaje. La banda sonora cuenta con pasajes de ópera y de música francesa apela a la emoción.

Galván se traviste

Otro destacado intérprete y creador, el inimitable Israel Galván también actúa asimismo este viernes en Temporada Alta. El Teatre Municipal de Girona acoge su radical visión de un clásico: 'El amor brujo', de Manuel de Falla. Para Galván no tenía sentido hacer una lectura más de esta célebre obra de 1915, que combina música sinfónica y cante jondo. Él, que nunca se había enfrentado a un ballet de estas características, pensó que valía la pena ofrecer un nuevo enfoque: un espectáculo íntimo, intenso y muy femenino. Galván se transforma en mujer y encarna la pieza como si fuera esa chica gitana acosada desde el más allá por el espíritu de su antiguo amante. De la parte clásica se encarga el pianista Alejandro Rojas-Marcos y del cante, David Lagos. Con unas botas de caña alta, corpiño, peluca rubia y labios rojos, Galván interpreta la obra sentado en una silla intentando hacer visibles todos los sentimientos de ese ser atravesado por el embrujo de un espectro que le impide amar a otro hombre. 

"Meterme en la piel de una mujer me da otra sensibilidad. Cuando salgo a escena soy mujer, es un 'shock' total. No hago de mujer, me convierto en una y eso hace que baile distinto, de otra manera". Esa mujer tiene un nombre, la ha bautizado cmo Eduarda de los Reyes y no descarta hacerla protagonista de nuevos espectáculos. "Me gustaría que se independizara de 'El amor brujo' para bailarla más".

La idea de bailar sentado en esta pieza le viene del recuerdo que le quedó tras hacer esta misma obra cuando era alumno de Mario Maya. "Con él hicimos un 'Amor brujo' donde no parábamos. Había mucho movimiento así que quise empezar la obra quieto, sentado en una silla. Pero pasó que después ya no he querido levantarme de ella".  

Los cuadros de la 'Danza del terror', la 'Danza ritual del fuego' y la 'Canción del fuego fatuo' cobran otro sentido con el iconoclasta Galván. La obra se estrenó hace un siglo y  ha tenido diversas revisiones, entre ellas una dirigida por Carlos Saura interpretada por una pareja de lujo: Antonio Gades y Cristina Hoyos. Galván va por otra vereda, como siempre, abriendo caminos, explorando ahora su lado femenino, con ese toque de humor y sana locura que le caracterizan. Seguro que, como en sus anteriores espectáculos, no gustara a todos. Pero tampoco le preocupa.