LO QUE NO SABÍAS DE...

El director Rodrigo Sorogoyen nos cuenta las anécdotas del rodaje de 'Madre'

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Eduardo de Vicente

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Rodrigo Sorogoyen (Que Dios nos perdone, El reino) recupera Madreun prestigioso corto de 2017 que fue nominado al Oscar para ampliarlo y convertirlo en un largo que estrena esta semana. Vuelve a estar protagonizado por Marta Nieto y en el que también intervienen Àlex Brendemuhl y el joven Jules Porier. El filme arranca justamente con la proyección del corto de 15 minutos, una obra maestra que en muy poco tiempo consigue ponerte muy nervioso, un plano secuencia tenso y angustioso.

La acción continúa diez años después de que su hijo de 6 años desapareciera en la costa francesa cuando estaba bajo la custodia de su padre. La protagonista ha conseguido un empleo en un bar de la playa, cerca de donde se vio por última vez al chico. Allí entabla amistad con un muchacho parisino de 16 años de vacaciones con sus padres con el que inicia una extraña relación que su novio no ve con muy buenos ojos.

Como ya es habitual en el director muchas de las escenas están resueltas con planos secuencia con la cámara en continuo movimiento, con gran elegancia y momentos de gran intensidad dramática. Destaca por la excelente interpretación de Marta Nieto, que lleva la tristeza escrita en su rostro, marcada por el suceso. Rodrigo Sorogoyen nos explica su trabajo con ella y algunas de las curiosidades del rodaje.

-Un vecino poco amistoso. “El corto (que ocupa el primer cuarto de hora del largometraje) fue rodado en la misma casa de Marta Nieto y tuvimos problemas con uno de sus vecinos en especial, muy poco comprensivo, que amenazaba con denunciarla por los ruidos y por colocar un foco en la escalera. Marta lo sufrió todo: lidiar con el vecino y hacer bien la escena que era un solo plano y de alta intensidad dramática”.

-La preparación antes de la confirmación. “La película tiene muchos diálogos en francés. Marta se puso a estudiar francés mucho antes de que tuviéramos financiación, ni siquiera teníamos claro que pudiéramos rodarla. No sabía nada de ese idioma y se pagó unas clases porque estaba convencida de que lo conseguiríamos. Al final, lo cierto es que el resultado es brillante porque es muy trabajadora y muy lista”.

-Buscando al chico perfecto. “Jules Porier no sabía castellano, pero lo escogimos porque es un chaval muy inteligente y es pura naturalidad, además de que tiene un físico espectacular mitad niño mitad hombre. Le encantó la experiencia de vivir un rodaje y ha decidido que quiere ser director”.

-Un cambio de última hora. “Pretendíamos rodar la película en la misma playa del inicio del corto, la de Hossegor. Pero la filmación coincidió con un campeonato de surf y tuvimos que ir a un kilómetro más allá para trabajar en Vieux Boucau”.

-Un bar ideal. “Fue fantástico rodar en el bar donde trabaja ella. Tiene unos ventanales maravillosos que parecen de mentira, como si fuera un croma. La gente del pueblo se volcó y los camareros que están empleados allí son los mismos que salen en la película, fueron majísimos”.

-La escena de la comida familiar. “La mayor parte de los que salen en esa secuencia son conocidos nuestros porque buscábamos la mayor naturalidad y complicidad. Entre otros están el hijo de Marta y el padre de su hijo, amigos que no son actores y la mujer de pelo blanco era la coach de francés de Marta”.

-Un encuentro de fútbol en la arena. “Los chicos se lo pasaron en grande durante el partido de fútbol en la playa. Fue como un partido de verdad de unos 40 minutos, se picaban entre ellos y ya me iba bien porque siempre busco el mayor realismo”.

-Al mal tiempo buena cara. “La meteorología nos dio muchos problemas pero al final todo acababa saliéndonos bien. El primer día de rodaje era un lunes y el sábado y el domingo había estado lloviendo y la trama estaba ambientada en verano. Al día siguiente rodamos con tres vestuarios distintos para diferentes estaciones por si acaso. Finalmente tomé la decisión de situar la película en otoño y fue un acierto porque nos quitamos una presión brutal y, además, le da un aire muy melancólico”.

-Menos es más. “En una escena la protagonista se reúne después de mucho tiempo con su exmarido, el padre del niño que desapareció. Es muy importante, son 10 páginas de guion y tiene una carga dramática brutal. Es un diálogo muy tenso de dos personas que no saben qué decirse y se citan en una cafetería y ocurre algo muy sorprendente aunque lógico y que es capital para el desarrollo del personaje. Estaba planeada en dos jornadas porque me empeñé en hacerla en un plano secuencia larguísimo para ensayarlo un día y rodarlo al siguiente. Llegaban a la cafetería y ella no estaba cómoda, daban un paseo por un bosque precioso y llegaban a una especie de agujero lleno de raíces de árboles que era muy simbólico: la raíz de todo estaba allí. El primer día llovió muchísimo y no pudimos ensayar y el segundo, tampoco, y tuvimos que cambiarla. Decidí que no saliesen al exterior aunque era muy frustrante pero hay que saber renunciar y encontrar alternativas que enriquezcan. La escena se ha convertido en mi favorita y está mucho mejor así que como estaba planteada antes. Ahora el espectador puede ver a los personajes mirándose a los ojos con esos silencios. Antes, en cambio, los actores tenían que hacer un esfuerzo suplementario ya que también tenían que estar pensando en cómo moverse. Simplificarla la mejoró, porque era más tensa. A veces menos es más”. 

-Actores y operadores. “En la escena que rodamos con Marta y unos chicos en el coche, los operadores eran los mismos actores. Con los jóvenes tuvimos que ensayar tanto a nivel interpretativo como para mover la cámara. Yo iba en el maletero viendo en el monitor lo que ocurría con Nicolás Mas, el jefe de sonido.”

-La cámara voladora. “El plano secuencia en casa de los padres del chico era un reto porque también era difícil, como el de Andorra en El reino, aunque allí había que subir y bajar escaleras. Marta se cuela en la casa y se produce un enfrentamiento. El  momento más complejo era cuando uno de los actores tenía que saltar por un balcón y la cámara volaba con él. Estos planos me gustan mucho porque la cámara está viva, siguiendo al personaje”.