CRÍTICA DE CINE

'Liberté': la noche que no acaba

Albert Serra plantea cuestiones sobre el deseo y la moralidad, juega con la tensión entre lo que vemos y lo que no, y entreteje las miradas morbosas de los personajes con la de la cámara y las nuestras mismas

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Liberté'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Liberté'. / periodico

Nando Salvà

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Retrato de una larga noche de experimentación sexual entre un grupo de libertinos huidos de la justicia francesa que aspiran a propagar su filosofía de indulgencia moral por la Alemania de finales del siglo XVII, la nueva película de Albert Serra tiene su germen en la obra teatral homónima que el de Banyoles dirigió en Berlín en el 2018 pero, en realidad, es distinta a ella en muchos aspectos. Después de todo, carece casi por completo de conflicto narrativo; su objetivo primordial parece ser la exploración de todas las posibilidades atmosféricas que el escenario ofrece, y eso la sitúa más cerca del ámbito del videoarte que del del cine narrativo. De hecho, el proyecto artístico del que forma parte también incluye una instalación que Serra presentó en el Museo Reina Sofía hace meses.

A lo largo de su metraje, 'Liberté' ofrece una colección de imágenes sexualmente explícitas que no resulta particularmente sexy -cada espectador, eso sí, tendrá su propia opinión al respecto- pero sí transmite una peculiar sensualidad clínica y una extraña capacidad de hipnosis. Y entretanto, mientras busca algo genuinamente conmovedor en la falta de limitaciones sociales que este grupo de hombres y mujeres exhibe y en todas las barreras que tratan de romper, Serra plantea cuestiones sobreel deseo y la moralidad, juega con la tensión entre lo que vemos y lo que no y entreteje las miradas morbosas de los personajes con la de la cámara y las nuestras mismas.