DOS NUEVAS EXPOSICIONES EN BARCELONA

Picasso no era pintor, era un pintor poeta

El Museu Picasso inaugura dos muestras que exploran el rostro poético del maestro malagueño a través de su obra escrita y su relación con Paul Éluard

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Mauricio Bernal

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Resume con elocuencia las dos exposiciones que inaugura este viernes el Museu Picasso una frase del pintor malagueño, que una vez dijo: "Si fuera chino no sería pintor sino escritor, escribiría mis pinturas". ¿Picasso pintor? Picasso escritor. Picasso poeta, para ser más precisos. Es de su relación con la poesía de lo que versan 'Picasso poeta' y 'Pablo Picasso-Paul Éluard, una amistad sublime', dos exposiciones hermanas, simultáneas y yuxtapuestas porque la una no sería lo mismo sin la otra, y viceversa. "Es un diálogo entre exposiciones", señaló el director del museo barcelonés, Emmanuel Guigon. La vertiente literaria del maestro del cubismo ha sido abordada siempre como eso, una vertiente, pasto de estudios académicos ajenos al gran público, pero estas dos muestras proclaman justo lo contrario: la relación de Picasso con la poesía fue fundamental. Picasso era un poeta.

En plena crisis vital, a partir de 1935 Picasso se lanzó a escribir "frenética y obsesivamente"

"La poesía es el cuerpo y la matriz de toda su creación", llegó a afirmar Marie-Laure Bernadac, una de las tres comisarias de 'Picasso poeta' y conservadora general honoraria de los museos de Francia. Bernadac subrayó que Picasso tuvo relación con la escritura desde joven, y recordó que en su etapa de A Coruña, cuando era adolescente, redactaba cartas en forma de pequeños periódicos que enviaba por correo a sus padres. También recordó que fue a partir de 1935 que esa relación se arrojó a dar sus mejores frutos: Picasso y Olga Jojlova se separan, Picasso entra en crisis, Picasso deja a un lado el pincel, Picasso se pone a escribir. "Frenética y obsesivamente", según la comisaria. Experimentó, por supuesto. Fue surrealista en su manera de escribir, pero evolucionó hasta el punto de crear una "escritura picassiana". ¿No es lo que todo escritor aspira a hacer con su escritura? Darle su apellido. Fueron años de crisis, de cambios. No fue un ingrediente menor que justo ese año Éluard se convirtiera en su gran amigo.

En tiempos de guerra

Coincidieron "en el terreno del arte y la creación, en el ámbito afectivo y erótico y en su orientación política", escribe Guigon sobre la amistad sublime. Que no es una expresión azarosa: la escogió el poeta francés para la dedicatoria de la recopilación que en 1942 hizo el 'Cahier des arts' de los 'Divers poèmes du livre ouvert' (Diversos poemas del libro abierto), originalmente 15 copias caligrafiadas ilustradas con dibujos de Picasso. Esa, la colaboración mutua, fue una de las expresiones más tangibles de la amistad entre artistas, entre el poeta y el pintor, perdón: entre el poeta y el poeta. "Se alimentaron mutuamente", dijo Malén Gual, conservadora del museo y comisaria de la muestra. Pero no hay que olvidar el año, la década, las circunstancias que los envolvían. Estamos hablando de una exposición sobre la amistad y sus frutos en un contexto difícil. Primero, la guerra civil española. Después, la Segunda Guerra Mundial. Después la posguerra.

La caligrafía del pintor malagueño era prácticamente dibujo, "maravillosa", según la comisaria

"Dora Maar y Paul Éluard fueron las personas que más influyeron en el posicionamiento de Picasso a favor del bando republicano", precisó Gual, y en eso abunda la muestra, en explicar la amistad estrecha políticamente hablando. En explicar la amistad: con cartas, con postales, con el arte, las pinturas y los poemas que brotaron de esa amistad; con documentos que son testimonio de los proyectos, políticos o no, en los que trabajaron juntos. "Hay mucho material que no se había exhibido nunca", subrayó Gual. Se puede leer, por supuesto, la poesía que Éluard dedicó a Picasso, por ejemplo este verso de 1938: "Tu nariz es redonda y tranquila / Las cejas finas la oreja transparente / Viéndote sé que nada está perdido".

No tenía mala caligrafía, Éluard. Pero Picasso era estruendoso. De su caligrafía, Bernadac dijo que era "maravillosa", que "eran prácticamente dibujos" y que "había belleza en sus manuscritos". "A instancias de su pintura inventó su propia escritura", añadió. Era un poeta pintor, un pintor poeta. Ya lo dijo él: si hubiera sido chino no habría sido pintor. Habría sido escritor.