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Abdelatif Hwidar, el arma secreta de España para ganar un Oscar

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zentauroepp50644223 valencia191029170409 / Miguel Lorenzo

Nacho Herrero

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La próxima estación de Abdelatif Hwidar (Ceuta, 1971) puede ser Hollywood. Su cortometraje 'Manspreading' (de la productora La Marmota Insomne), "una reflexión feminista poco complaciente", resume, ha entrado en la preselección para los Oscar pero afirma que "queda mucha tela por cortar" antes de pisar la alfombra roja de Los Ángeles.

"La vida es un tren, te puedes mover por dentro, pero no tienes ningún control sobre él", afirma en una charla con EL PERIÓDICO. Él tiene experiencia en trenes y destinos inesperados pues en el 2008 ganó un Goya con el corto ‘Salvador. Historia de un milagro cotidiano’, cuando ya afincado en València trabajaba en una unidad móvil de auxiliar: "El que descarga el camión, tira el cable, opera, desmonta y carga", apunta.

En aquel vagón de Cercanías, sobre el trasfondo del drama del 11-M, construyó un cuento con un minúsculo final feliz y ahora en un convoy del metro habla sobre el machismo (con la excusa de la costumbre masculina de sentarse "espatarrao"), pero también sobre otro puñado de cosas.

Por ejemplo, sobre el examen que tiene que pasar quien denuncia una injusticia. "Para mí, si la crítica emana del corazón es válida. La tipa del corto se comporta como una energúmena pero es la única que se mueve para hacer algo", afirma.

Pero también, y sobre todo, la cinta habla de la volatilidad de una sociedad que puede pasar del apoyo al despreció en segundos. "En ese tren el verdadero protagonista no es ni la chica ni el chico, es el público. Ahí es donde nos apetecía mirar y poner la luz. Especialmente en la cuenca del Mediterráneo, somos una masa muy inflamable. La sangre nos hierve en un minuto", constata.

El regusto es amargo, por eso es cauto con sus opciones de pasar los cortes hasta pelear por la estatuilla, pero le ve futuro en otros teatros. "El corto no te regala una sensación maravillosa al final sino que te deja en un sitio incómodo. Te obliga a tomar una posición, no la toma por ti. A mí lo que me gustaría es que siguiera vivo, que lo vieran en los institutos porque es un abrelatas estupendo para debates", apunta.

En la élite

Pero por si da la campanada, Abdelafati ya tiene a punto un proyecto de largometraje y continúa con el 'curso' de dirección que lleva haciendo frente a las cámaras desde hace más de una década. "Para mí trabajar de actor es aprender a dirigir, es un máster", explica. Y esas prácticas le han llevado a algunas de las series más vistas de los últimos años. Primero 'Fariña' y ahora 'Malaka' o 'Élite', series que, afirma, "empiezan a fijarse en la realidad de aquí, no en la americana" y que lo hacen con un nuevo lenguaje.

"Las televisiones convencionales se han dado cuenta de que no podían seguir cómo iban. 'Los Serrano' reventaba los 'prime time' y hoy en día no tendría ninguna posibilidad porque se exige un plus de creatividad, de realismo, de complicidad con el espectador", indica.

Desde su posición ve al cine "mucho más adelgazado" que hace unos años, mientras que las ficciones para televisión o plataformas "funcionan a tope" con producciones españolas que ya son "series mundiales" y demuestran que hay "un sector de primer nivel".

Eso sí, las plataformas "no son la panacea", advierte. "No pagan los derechos de autor de los actores porque se supone que es internet. Son rentables a costa de cierta competencia desleal", desliza.

Gloria a Almodóvar

Precursor de ese sector que brilla a nivel mundial es un Pedro Almodóvar al que sí ve luchando por el Oscar. "Siempre tiene opciones porque no es solo ‘Dolor y gloria’, es un universo que lleva décadas alimentado, la película corona una obra importante", afirma. Y lo hace, según él, con nota.

"Me pareció su mejor película en mucho tiempo, por la sencillez. Tiene mas verdad que forma y cuando Almodóvar hace eso es exquisito. Creo que es la película en la que menos se esconde, la que necesita menos parafernalia. A mí me tocó", afirma.